A menos de diez días de que se celebren los Óscar, la Academia se ha encontrado de repente con un motín de grandes figuras de Hollywood que se han rebelado contra su propuesta de entregar algunas estatuillas durante las pausas publicitarias de la gala más importante del cine.
Con el objetivo de que la ceremonia, cuya audiencia en los últimos años se ha hundido hasta mínimos históricos, no supere las tres horas, la institución que anualmente organiza los Óscar anunció el lunes que los premios de fotografía, montaje, cortometraje de ficción, y maquillaje y peluquería se presentarán durante los anuncios.
Entre los nominados en estas categorías aparecen el mexicano Alfonso Cuarón, candidato a mejor fotografía por “Roma”, y los españoles Rodrigo Sorogoyen y María del Puy Alvarado, aspirantes al mejor corto de ficción por “Madre”.
Los discursos de los ganadores en estos apartados serán editados y se emitirán en diferido, aunque la Academia también matizó que estas cuatro categorías sí que se podrán seguir en directo a través de la retransmisión por “streaming”.
Aunque la Academia ya adelantó el pasado agosto esta medida, la comunidad del cine no reaccionó de forma masiva hasta que esta semana se supieron las categorías afectadas.
Y la reacción, como se preveía, no fue precisamente positiva.
Algunos como los directores mexicanos Alfonso Cuarón, favorito este año en los Óscar por las diez nominaciones de “Roma”, o Guillermo del Toro, triunfador en 2018 con “The Shape of Water”, respondieron en caliente por medio de las redes sociales pocas horas después de la noticia.
“En la historia del cine ha habido obras maestras sin sonido, sin color, sin historia, sin actores y sin música. No ha habido ningún filme sin fotografía y sin montaje”, escribió Cuarón.
“No me animaría a sugerir qué categorías cortar de los Óscar, pero la fotografía y el montaje están en el corazón de nuestro arte. No son herencias de una tradición teatral o literaria: son el cine en sí mismo”, afirmó Del Toro.
Patty Jenkins, la directora de “Wonder Woman” (2017), expuso que si se trata de “celebrar el arte y el medio del cine” es difícil entender que esas categorías se sitúen en un nivel inferior al resto.
Y el realizador Spike Lee, candidato este año con “BlacKkKlansman” (2018), también mostró su oposición e hizo una sugerencia a los responsables de la gala para acortarla: “Desháganse de los números musicales”.
La respuesta más contundente y colectiva llegó por medio de una carta firmada por decenas de estrellas de la gran pantalla.
“Relegar estas artes esenciales del cine a un estatus menor en la 91 edición de los Óscar no es nada menos que un insulto a aquellos de nosotros que hemos dedicado nuestras vidas y pasiones a nuestra profesión”, aseguraron los firmantes de un escrito dirigido a la Academia y que exigía que se diera marcha atrás.
Entre los que prestaron su nombre a la carta aparecen Cuarón, Del Toro, Alejandro González Iñárritu, Christopher Nolan, Michael Mann, George Clooney, Brad Pitt, Robert De Niro, Elizabeth Banks, Peter Dinklage, Kerry Washington, Martin Scorsese, Quentin Tarantino, Damien Chazelle, Spike Lee, Cary Joji Fukunaga, Ang Lee, Roger Deakins, Emmanuel Lubezki y Reed Morano.
Los gremios y profesionales de las categorías afectadas tampoco se quedaron callados.
“Esta decisión es extremadamente descorazonadora (…). “Este cambio parece elevar ciertas artes sobre otras. La gente espera toda su vida para recibir el Óscar delante de millones de personas y es humillante tener ese momento reducido a un añadido”, dijo, por ejemplo, el presidente del Sindicato Internacional de Directores de Fotografía (ICG), Steven Poster.
La Academia trató de capear el temporal con más buena voluntad que resultados.
Primero subrayó que “ningún premio” se anunciará de un modo que suponga un menosprecio respecto al resto de galardones.
También destacó que las categorías desveladas en las pausas publicitarias rotarán cada año.
Y aseguró que sus discursos no serán cortados o editados siempre y cuando no superen los 90 segundos sobre el escenario que conceden a cada ganador.
Esta polémica supone un nuevo dolor de cabeza para la Academia en una temporada de los Óscar en la que ha metido el pie en cada charco que se la ha puesto en su camino.
Así, la institución desveló y, posteriormente, canceló un nuevo Óscar a la mejor película popular, y vio, además, cómo el presentador de la gala, el cómico Kevin Hart, renunciaba a su puesto por unos antiguos tuits homófobos, lo que dejará a la 91 edición de los Óscar sin maestro de ceremonias.
Con información de EFE