A los venezolanos nos corresponde enfrentar una cotidianidad cargada de estrés, la incertidumbre atenta contra nuestra serenidad y es posible que sintamos perder el control sobre nuestras emociones en determinados momentos. El ambiente que nos rodea, las realidades que enfrentamos, el exceso de información, juegan un papel en contra de aquellos que muchos denominamos “paz mental”.
Por suerte las tensiones pueden ser liberadas en minutos: una conversación agradable, una pequeña caminata, un chiste y hasta un buen café resuelven en un chasquido un momento de absoluta tensión en nuestro día a día. Se hace imperante mantener relaciones interpersonales sanas, fluidas y constantes, porque la compañía de nuestros semejantes y el apoyo en momentos difíciles son terapias indispensables.
Además, hay una corriente, novedosa en nuestra cultura occidental (pero antiquísima para los japoneses y también para la sociedad europea), de sostener el orden y la limpieza como un principio elemental para la estabilidad emocional del ser humano. Cada cambio de estación en esos países es una oportunidad para reajustar detalles en el hogar, reinventar espacios, salir de viejas pertenencias, replantear la organización de gavetas y armarios, sustituir y finalmente botar lo que ya no sirve, es de las terapias renovadoras exitosas que hoy en día se hacen práctica del venezolano.
Marina Pascual, médico y ama de casa, se ha hecho una ferviente seguidora de Marie Kondo, una mujer japonesa escritora del libro “la magia del orden”, quien también a través de videos de YouTube ha difundido su sabiduría, educando a sus seguidores sobre cómo llevar el orden en todos los espacios de la vida cotidiana, una práctica invaluable y además una manera de replantearnos y finalmente, ser felices.
“Es una terapia extraordinaria para combatir el estrés que genera nuestro día a día, llegar a la casa y sentirse en un ambiente limpio, libre de las cosas que no sólo ocupan lugar físico innecesario sino también ocupan lugar en nuestra mente; es de verdad sano e imperante”. Así como Marina, cientos de personas nada más en Ciudad Bolívar comentan su progreso a raíz de esta tendencia.
“Somos cada vez más los atraídos por este modo de vida donde sólo hay cabida para dejar en tus espacios lo que estrictamente te haga feliz: si un objeto o una camisa o una cartera, ha pasado tiempo sin que le des uso, ya no genera nada en ti y es mejor sacarla, regalarla, donarla o botarla si perdió buena condición”, argumenta Trinidad Vargas, experta en Feng Shui, otra tradición milenaria que orienta las energías en los espacios físicos en función de la sanación y el bienestar.
Los seguidores de esta corriente a favor del orden y lugares limpios aseguran que imprimir sentimiento a los objetos, es errado, y que guardar cosas por “recordar un momento de nuestras vidas” es llenarse de trastos que acumularán basura en nuestra casa, “para recordar bonito sólo hace falta vivirlo y permanecerá en nuestra memoria”. Definitivamente una oda a la vida práctica que nos permite optimizar espacios, replantear nuestra manera de vernos, ver nuestro entorno, ocupar nuestra mente en tareas útiles y ganar paz interior. @marilynluis1