“Me da de todo cuando se va la luz, me dan ganas de llorar de la impotencia que siento (…) necesito hacerlo, porque me siento muy mal”, dijo un paciente de 45 años.
A su vez recalcó que cuando están en tratamiento, “hay muchos pacientes que se duermen. Yo no, me da miedo no despertarme”.
Por su parte la doctora Beatriz Rosales del Hospital Universitario de Maracaibo, asegura que “sin riñones que funcionen la persona no orina o lo hace muy poco y sin orinar no se desechan las toxinas que se acumulan en el cuerpo“.
Por otro lado, Lesbia Ávila, quien es paciente renal, despertó una mañana sintiéndose mal debido a que el día anterior solo recibió una hora y 40 minutos de tratamiento, debido a las fallas eléctricas.
“Le pido a Dios que el día que me vaya a morir no sea ahogada”, destacó.
Ávila también señala que en el centro de diálisis al cual acude, solo 18 de las 35 máquinas de diálisis están funcionando, reseñó Reuters.