Se observa con tristeza la paupérrima condición en la que se encuentra la Unidad de Estudios Básicos de la Universidad de Oriente, situada en Ciudad Bolívar, así lo afirmó el doctor Marcos Lima, egresado de esta casa de estudios de visita en esta redacción.
Afirma que el vandalismo y el ensañamiento se han vuelto costumbre porque a su parecer no parece tener fin. “Lo más preocupante de este proceso gradual y sistemático de destrucción es que sin darnos cuenta nos acercamos cada día más no solo a la intervención y por consiguiente la pérdida de la autonomía universitaria, sino también al cierre técnico de una universidad que es patrimonio del oriente del país y que ha formado a numerosos profesionales, entre los cuales humildemente me incluyo”, dijo.
Finalmente, señaló “creo que no basta con decir: del pueblo venimos y hacia el pueblo vamos” hoy más que nunca ese pueblo requiere una profunda transformación moral, cultural y ética, solo así habrá academia y por consiguiente futuro”.
Redacción El Luchador