En 1987, se inauguró un nuevo gran hotel en la capital de Corea del Norte, Pyongyang. El altísimo rascacielos en forma de pirámide debía superar los 300 metros de altura y fue diseñado para albergar al menos 3.000 habitaciones, así como cinco restaurantes giratorios con vistas panorámicas.
Se suponía que el Hotel Ryugyong, que lleva el nombre de un apodo histórico para Pyongyang que significa “Capital de los sauces”, abriría solo dos años después. Pero nunca ocurrió.
Mientras que la estructura alcanzó su altura prevista en 1992, permaneció sin ventanas y hueca durante otros 16 años, con el hormigón desnudo expuesto, como un monstruo amenazante con vistas a la ciudad. Durante ese tiempo, el edificio, que eclipsa todo a su alrededor, se ganó el apodo de “Hotel Fantasma” u “Hotel de la Fatalidad”.
Desde entonces, el hotel se ha revestido de metal y vidrio, y luego se le equipó con luces LED para convertirlo en un colorido espectáculo nocturno. El trabajo de construcción comenzó y se detuvo muchas veces, alimentando la especulación constante sobre si alguna vez se abriría a los invitados.
Todavía cerrado hasta el día de hoy, el Ryugyong Hotel es el edificio desocupado más alto del mundo.
Con informaciòn de CNN



