Esta medida llega un día después de una histórica manifestación de más de un millón de personas que el viernes por la tarde llenaron las calles de Santiago para exigir reformas a un sistema económico que consideran desigual.
Las protestas estallaron el viernes 18 de octubre con ataques al metro de la ciudad y violentos saqueos a supermercados y centros comerciales detonados por el aumento al boleto del metro.
Los manifestantes sumaron luego más demandas sociales, expresando su frustración con un modelo económico que si bien es exitoso ha dejado que se concentre la riqueza en unas pocas familias, con alta participación de las empresas privadas, dejando un estado ausente en pensiones, educación y salud, entre otros.
Con las calles colmadas de protestas y más de 70 estaciones de metros dañadas, algunas inutilizables, el presidente Sebastián Piñera lanzó una batería de medidas que incluye cambios en el criticado sistema de pensión privado, puesto en marcha durante el régimen de Augusto Pinochet.
Pero los chilenos se volcaron el viernes a las calles para demostrar su inconformidad en la mayor manifestación desde que el país volvió a la democracia en 1990. (Panorama)