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sábado, septiembre 21, 2024

El estrés prolongado deteriora la salud del organismo

El estrés prolongado provoca que el organismo desate respuestas perjudiciales para sí mismo, deteriorando la salud física y mental, de acuerdo con el psicólogo de Blua de Sanitas, Andrés Córdoba.

El estrés es una patología impulsada por una carga de trabajo excesiva, presión por cumplir objetivos o largas jornadas laborales, unido a la falta de descanso o desconexión. Los riesgos asociados a esta enfermedad van más allá de lo emocional, afectando también al organismo a nivel físico.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, califica de epidemia global el estrés. Además se sitúa el estrés laboral prolongado como el principal problema de salud para los trabajadores. Este aumenta el riesgo de sufrir insomnio, fatiga, úlceras, problemas cardiovasculares o enfermedades coronarias.

El psicólogo de Blua de Sanitas declaró que el ambiente en el puesto de trabajo y las relaciones interpersonales con los compañeros son algunos de los desencadenantes de esta enfermedad. Por otra parte, una de las principales complicaciones que presenta esta patología es la dificultad en la detección.

Cuando una persona se estresa, el cuerpo produce hormonas asociadas a la respuesta del organismo ante un peligro, como cortisol y adrenalina. Estas hormonas incrementan la presión arterial, lo que puede producir, entre otras cosas, rigidez y estrechamiento de las arterias.

Para revertir los efectos negativos del estrés o tratar de minimizar las posibilidades de padecerlo, se recomienda:

Ejercicio de forma regular

Al hacer deporte el organismo segrega endorfinas, que actúan como una morfina natural. Una vez producida esta molécula, se dispersa en el sistema nervioso central, en los tejidos del organismo y en la sangre. Los deportes de fondo son los que producen una mayor cantidad y ayudan a regular los picos de estrés: el running, las rutas en bicicleta o la natación son algunas de las actividades más recomendadas.

Dieta equilibrada

Deben predominar los alimentos frescos como frutas y verduras. Estas ayudarán a regular el funcionamiento del organismo. Hacer cinco comidas al día e incluir alimentos como el limón o la avena son una gran terapia antiestrés.

Descansar

La ausencia de una rutina de sueño puede derivar en problemas como la falta de concentración o la fatiga, que aumentan las posibilidades de sufrir estrés. Además, una incorrecta higiene del sueño tiene efectos negativos a nivel emocional, haciendo a las personas más proclives a sufrir estrés crónico.

Desconectarse

Acciones como no revisar el correo fuera de la oficina, evitar responder llamadas que no sean urgentes en el tiempo libre o no llevarse trabajo a casa los fines de semana son claves para que el cerebro se desconecte de la actividad del día a día y sea más productivo en el horario laboral.

Ambiente de trabajo sano

A lo largo de la semana, los trabajadores pasan alrededor de 40 horas en su puesto de trabajo. Por ello, fomentar las relaciones interpersonales con los compañeros de oficina o tener el puesto de trabajo ordenado son solo algunos de los consejos para hacer que las tareas diarias sean más llevaderas. Sentirse a gusto en el lugar de trabajo minimizará el riesgo de sufrir episodios de estrés.

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