Mediante un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela rechazó, la noche del jueves, la deportación irregular de venezolanos residentes en Colombia y manifestó su preocupación e indignación por la pretensión del gobierno de Iván Duque de “criminalizar a la migración venezolana y pretender desviar la atención sobre la crisis colombiana”.
El comunicado refiere textualmente que “se denuncia de manera categórica la conducta irregular y subrepticia del Gobierno de Colombia que mediante deportaciones realizadas sin acusación formal, ni formula de juicio, ha incurrido en tratos inhumanos a los ciudadanos venezolanos, en clara violación a sus derechos fundamentales”.
Además, resaltó que la República Bolivariana de Venezuela estará alerta ante cualquier trato degradante o violación de derechos humanos de los venezolanos y que se denunciará ante los organismos internacionales, la actitud criminal del gobierno colombiano.
El pasado lunes, Colombia expulsó a más de 80 venezolanos señalados de afectar “seguridad nacional” durante las protestas.
En un operativo simultáneo realizado en cinco localidades de Bogotá, investigadores del Grupo de Operaciones Especiales (Goes) y de la Seccional de Investigación (Sijín) aprehendieron a ciudadanos venezolanos, hombres y mujeres, señalados de participar en los actos vandálicos del jueves y viernes pasados.
Migración Colombia precisó que eran 83 ciudadanos de ese país los que serían entregados a autoridades venezolanas.
Al menos 120 uniformados, con el apoyo de Migración Colombia, llegaron a bares, discotecas, zonas comerciales, espacios públicos, “amanecederos”, entre otros lugares, y detuvieron a estos extranjeros días atrás y durante la protesta del 21-N, señaló también El Tiempo de Colombia.
Según el director General de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento, la expulsión se hace con el propósito de mantener el orden y la seguridad en todo el territorio nacional, así como preservar la imagen de aquellos venezolanos de bien, que se encuentran trabajando en nuestro país.
“No vamos a permitir que ningún ciudadano extranjero afecte nuestra tranquilidad. Hemos respetado su participación dentro de las marchas. Les hemos tendido la mano a aquellos, que como el pueblo venezolano, lo han necesitado. Pero lo que no vamos a tolerar, es que un grupo de desadaptados venga a afectar la seguridad de nuestras ciudades, generando, de paso, brotes de xenofobia, con estas acciones, ya que dañan el nombre de aquellos venezolanos vienen trabajando por un mejor país”.
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