Por orden de los aliados y para evitar homenajes, el nombre del sepultado se había borrado de la lápida tras la liberación de Berlín
Cuando Reinhard Heydrich, un prominente oficial de las SS, el ejército de Hitler, murió asesinado en Praga, el dictador ordenó un funeral de Estado. Sus restos fueron enterrados en Berlín el 9 de junio de 1942. Heydrich había muerto a causa de las heridas que recibió cuando un comando adiestrado por los británicos hizo estallar una bomba en su coche.
El conocido como Carnicero de Praga, que ejerció como protector de las regiones de Bohemia y Moravia, recibió, en forma póstuma, la más alta condecoración otorgada por el régimen nazi, y sus restos fueron enterrados, en medio de una gran pompa militar, en el Invalidenfriedhof (Cementerio de los Inválidos) de Berlín, el preferido por la jerarquía nazi.
Pero cuando Berlín cayó en manos de los aliados, la tumba de Heydrich, el oficial que había presidido la infame conferencia de Wannsee donde se acordó eliminar de Europa a la comunidad judía, se convirtió en una losa anónima y el mundo se olvidó de sus restos. Los aliados habían ordenado borrar todas las señales de las tumbas en el cementerio que pudieran identificar a los dirigentes nazis enterrados, una medida adoptada para evitar romerías y homenajes póstumos.
Sin embargo, durante la madrugada del jueves pasado, la acción clandestina de desconocidos dejó al descubierto nuevamente los restos de Heydrich en Berlín. Quienes profanaron la tumba conocían el lugar exacto donde estaba, abrieron la losa de cemento e intentaron extraer los restos mortales.
Aún no está claro qué sucedió esa noche, pero los supuestos ladrones de tumbas no lograron llevarse los huesos de Heydrich. Cuando un cuidador del camposanto descubrió la profanación, alertó de ella a la policía. «La apertura de la tumba fue descubierta en la mañana del 12 de diciembre por un empleado del cementerio y reportada al departamento de policía responsable», ha declarado la portavoz de la policía Heidi Vogt. «Según el estado actual de la investigación, no se robó nada», añadió la portavoz, quien también anunció que se había abierto una investigación oficial para tratar de identificar al autor o autores de la profanación.
Después de unirse a las SS en 1931, el exoficial naval Reinhard Heydrich se convirtió rápidamente en uno de los principales tecnócratas del aparato terrorista nazi gracias al apoyo de Heinrich Himmler. En septiembre de 1941, Heydrich fue nombrado diputado del Reich protector de Bohemia y Moravia, con sede en Praga, y Hermann Göring le encargó la denominada «solución final del problema judío», esto es, el exterminio.
El 20 de enero de 1942, Heydrich presidió la conferencia de Wannsee, en la que se acordó la destrucción de todos los judíos que vivían en la esfera de poder de Alemania en ese momento. Hitler bautizó a Heydrich como «el hombre con el corazón de hierro» y también fue conocido como el «genio malvado de Himmler». En aquella época se especuló sobre el hecho de que Heydrich, que era 15 años más joven que Hitler, aspiraba a dirigir algún día la Alemania nazi.
Sin embargo, la acción de un comando de combatientes checos entrenados por británicos logró acabar con la carrera asesina de Heydrich cuando hicieron estallar una bomba en su coche, el 27 de mayo de 1942. Heydrich murió una semana más tarde, a consecuencia de una septicemia provocada por sus heridas.
La inteligencia nazi vinculó falsamente a los miembros del comando con el pueblo checo de Lídice. Como venganza por el asesinato de Heydrich, Lídice fue completamente arrasado. Todos los hombres y adolescentes de más de 16 años fueron ejecutados, y los habitantes restantes (mujeres y niños) fueron deportados y luego asesinados en los campos de concentración.
El País