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lunes, noviembre 25, 2024

«Brasil exportó miles de cargamentos de madera no autorizada de la Amazonía»

Brasil exportó miles de cargamentos de madera desde un puerto amazónico sin autorización de la agencia federal de medio ambiente durante el pasado año, aumentando el riesgo de que fueran procedentes de tierras deforestadas ilegalmente, dijeron a Reuters dos fuentes con conocimiento del asunto.

Pese a un alerta de las autoridades aduaneras de Europa y Estados Unidos a Brasil sobre el tema, el presidente de la agencia ambiental brasileña (Ibama, por su sigla original) cambió las regulaciones para eliminar las autorizaciones de exportación previamente requeridas, según un documento interno visto por Reuters.

Los cambios realizados por el presidente de Ibama, Eduardo Bim, invalidaron la opinión técnica de cinco analistas de la agencia, que argumentaban que las autorizaciones de exportación deberían permanecer en vigor.

Las dos fuentes del Ibama, que han trabajado directamente en la inspección de la madera y que hablaron bajo la condición del anonimato por miedo a las repercusiones profesionales, dijeron que los cambios debilitan aún más la capacidad de Brasil para controlar la exportación de madera deforestada ilegalmente.

La agencia respondió a las preguntas de Reuters con una descripción técnica detallada del proceso actual de exportación de madera, sin mencionar la necesidad previa de una autorización separada del organismo.

El Ibama se refirió a las autorizaciones de exportación otorgadas por la Dirección General de Impuestos Federales, diciendo que sólo se conceden después de hacer una referencia cruzada con el sistema de supervisión de la madera del país para verificar que es de origen legítimo. El organismo todavía puede hacer inspecciones puntuales de los cargamentos de madera destinados a la exportación, dijo.

Pará, el estado amazónico desde el que se exportaron miles de cargamentos de madera sin control, es un foco de deforestación.

Durante los 12 meses hasta julio de 2019, Pará representó el 40% de toda la deforestación ilegal de la Amazonia brasileña, según datos del Gobierno. Los 3.862 kilómetros cuadrados destruidos allí en un año representan un área similar al archipiélago africano de Cabo Verde y superior al estado estadounidense de Rhode Island.

El Amazonas es la selva tropical más grande del mundo y su protección se considera vital para frenar el cambio climático debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero que absorbe y almacena.

La destrucción de la Amazonia aumentó el año pasado, provocando protestas mundiales, y algunos líderes extranjeros y ecologistas culparon a las políticas del presidente Jair Bolsonaro por alentar la acción de madereros, ganaderos y especuladores de tierras ilegales.

Bolsonaro ha dicho que es injustamente demonizado y el hecho de que gran parte de la Amazonia siga en pie muestra que Brasil es un modelo de conservación.

Cinco cargamentos

El cambio de la norma que suprime las autorizaciones del Ibama para la mayoría de las exportaciones de madera se produjo después de que cinco cargamentos de madera llegaran a puertos de Estados Unidos y Europa a principios de este año sin la autorización del Ibama, dijeron dos fuentes.

Las autoridades extranjeras se pusieron en contacto con Brasil para preguntar sobre las autorizaciones que faltaban, y el director del Ibama en Pará las concedió con carácter retroactivo, dijeron las fuentes.

El problema, sin embargo, va más allá de estos cinco envíos. En el estado de Pará, más de la mitad de los aproximadamente 3.000 envíos, conteniendo unos 54.000 metros cúbicos de madera, que salieron el año pasado del puerto no tenían autorización, dijo uno de los empleados del Ibama con conocimiento directo de la situación.

Las empresas habían solicitado al Ibama autorizaciones para esos envíos pero los exportaron antes de que el organismo tuviera tiempo de responder, dijo la fuente. Por otro lado, muchos envíos se exportaron sin solicitar la aprobación del Ibama, pero se desconoce el número exacto, apuntó.

Los envíos se dirigieron a los Estados Unidos, Países Bajos, Francia, Alemania, Bélgica y posiblemente otras naciones, añadió.

Agentes del organismo están investigando el asunto, dijo la segunda fuente del Ibama.

Antes de que se modificaran las normas, el Ibama debía dar autorización a todas las exportaciones de madera antes de que salieran del puerto. La mayoría de los envíos sólo necesitaban los documentos adecuados para que se les diera luz verde, pero ciertos cargamentos se seleccionaban al azar para su inspección física.

Esto permitía a los agentes capturar cargamentos que contenían tipos de madera prohibidos o envíos que habían sido rellenados con madera ilegal adicional más allá de la cantidad declarada, una práctica común para ocultar los envíos ilegales.

“Sin la autorización de exportación, se debilita la capacidad de alguien para saber si la madera que está comprando es realmente de origen legal o no”, dijo la segunda fuente del Ibama.

Brasil fue el noveno exportador mundial de productos forestales en 2018, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La ley brasileña exige a los propietarios en el Amazonas que conserven el 80% de sus tierras con vegetación natural. La tala selectiva está permitida en algunas zonas mediante concesiones que prevén que sólo se extraigan unos pocos árboles de cada hectárea de tierra cada 20 años.

Panorama

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