Desde que saltó a la fama como niño prodigio, Stevie Wonder no ha dejado de cosechar éxitos y premios, como sus 25 Grammy y un Óscar a la mejor banda sonora, aunque si algo define al músico es su constante compromiso social, más vivo que nunca en su 70 cumpleaños.
Curiosamente, la última gran aparición pública Wonder data del mes pasado, en el concierto solidario por la crisis del coronavirus que reunió a centenares de estrellas del momento y se inspiró en los «Live Aid» de 1985, en cuyo himno «We Are The World» el artista interpretó los primeros versos junto a Tina Turner y Michael Jackson.
Han cambiado muchas cosas desde aquel 1985, pero la fama y el respeto del que goza Wonder (13 de mayo de 1950, Saginaw, Michigan) en el mundo musical continúan intactos.
Resulta difícil definir cuál es «la década» de Wonder, pues a lo largo de sus más de 60 años en activo no ha dejado de innovar en géneros como el soul, el pop, el funk y el R&B que se condensan en una carrera con 23 álbumes de estudio, otros cuatro grabados en directo, tres bandas sonoras y hasta once recopilaciones.
El músico fue uno de los principales activistas para que el Día de Martin Luther King se proclamara día feriado nacional en Estados Unidos y también abogó por el fin de la segregación racial en Sudáfrica.
De hecho, las Organización de las Naciones Unidas (ONU) nombró a Wonder «mensajero de la paz» por «reflejar en su carrera su preocupación por las cuestiones humanitarias».
La vertiente internacional de Wonder impulsó que actuará en uno de los pocos escenarios que le quedaban por pisar: La clausura de los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996.
También participó en la inauguración presidencial de Barack Obama, en 2009, y estuvo presente en los memoriales de compañeros de profesión como Michael Jackson, Etta James y Whitney Houston.
Y con 70 años recién cumplidos, 60 dedicados a la música, la asistencia de Wonder en el evento más multitudinario por la crisis del coronavirus de 2020 se daba por descontado.
EFE



