La llegada de las lluvias genera sentimientos encontrados en muchos habitantes de Ciudad Bolívar. Por una parte la alegría de ver caer agua del cielo es única cuando en muchos sectores desde hace meses, e incluso años, no llega el servicio de agua por tuberías; pero, al mismo tiempo, esta alegría se traduce en frustración y tristeza porque la temporada de invierno trae consigo el aumento en las interrupciones del servicio de energía eléctrica y las constantes caídas en el servicio de internet.
Así lo expresó José Castellanos, habitante del sector Los Próceres, quien asegura que numerosas familias no cuentan con el suministro del vital líquido desde hace más de tres años, pero cada vez que llegan las lluvias deben lidiar con los apagones y fallas en otros servicios.
“Es impresionante, apenas está empezando a llover y fueron dos días seguidos yéndose la luz desde las cuatro de la tarde hasta altas horas de la madrugada, eso sin contar que antes de irse de forma definitiva tuvimos que soportar por lo menos unos seis bajones en el fluido eléctrico, en mi caso, eso trajo como consecuencia que se me quemaran dos aparatos de aire acondicionado, 1 microondas y 2 neveras, quién me responde a mí por eso”, expresó Castellanos.
En otros sectores de la capital bolivarense la situación se repite, además, algunos vecinos alegan que desde que se registraron las primeras lluvias durante el fin de semana ya no cuentan con el servicio de internet.
“Desde que llovió el internet se me fue y aquí estamos incomunicados, la señal de las operadoras caídas y no puedo ni siquiera trabajar ni terminar la tarea de mi hijo porque esa causa. La señal a veces es intermitente pero no tiene la suficiente velocidad como para abrir una página. Y esto apenas comienza porque aún no llueve como debe ser”, acotó María Rivas habitante de Brisas del Orinoco.
Además de las deficiencias en los servicios de electricidad e internet quienes hacen vida en estos sectores de Ciudad Bolívar también deben lidiar con las deficiencias en los servicios de aseo urbano, transporte público y gas, eso sin contar con los graves problemas de inseguridad, escasez de dinero en efectivo, entre otros.
Redacción/GB