Luego de que el pasado viernes el Vaticano diera a conocer la noticia de que el papa Francisco firmó el decreto para la beatificación de José Gregorio Hernández, el júbilo se apoderó de todos los creyentes católicos en Venezuela, y Ciudad Bolívar no fue la excepción.
Mensajes como “el siervo de Dios elevado a los altares”, “el médico de los pobres beatificado”, “gracias Dios, gracias José Gregorio…”, entre otros hicieron estallar las redes sociales, y no es para menos tras 71 años de camino recorrido para llegar a la beatificación luego que la iglesia Católica iniciara el proceso en 1949.
“Es una gran alegría, una gran emoción para nuestro país en medio de tantos problemas que tenemos. No es casualidad que todo esto esté pasando cuando el mundo afronta esta terrible pandemia que nos ha paralizado, sé que de la mano de Dios, nuestro beato José Gregorio hará el milagro de la sanación no solo para Venezuela sino para el mundo entero”, expresó Carmen López.
Algunas personas se hicieron presentes en diversas iglesias de la zona, mientras que otros rindieron oraciones en sus casas y solo daban gracias a Dios por la grata noticia.
“Estamos felices. Tenemos una historia de sanación en casa y sabemos que José Gregorio tuvo que ver en ello y es por eso que hoy rendimos un pequeño pero sentido homenaje al venerable”, dijo María Rodríguez.
José Gregorio Hernández, nació en Isnotú, estado Trujillo, el 26 de octubre del año 1864. Médico, docente y filántropo, conocido como el medico de los pobres, por su profunda vocación de servicio, ya que atendía gratuitamente a los enfermos de muy bajos recursos.
Se le atribuye haber introducido el microscopio y haber sentado las bases de la bacteriología y otros campos científicos hasta entonces apenas desarrollados en Venezuela. Fue un ferviente católico y por dos veces intentó ordenarse sacerdote.
José Gregorio falleció a sus 54 años en la ciudad de Caracas, el 29 de junio de 1919 al ser arrollado en la esquina de Amadores, La Pastora por uno de los pocos vehículos que circulaban en el país en aquellos días.
La noticia de la muerte del insigne hombre sacudió a todo el país. Una multitud adolorida le rindió culto. Y fue Rómulo Gallegos quien expresó las más emotivas palabras que aún permanecen grabadas en la memoria de un pueblo agradecido: “No era un muerto a quien se llevaban a enterrar; era un ideal humano que pasaba en triunfo, electrizándonos los corazones”
Cuentan que “el venerable” ofreció su vida a cambio de la paz mundial. Tras su muerte nació el mito y hoy más que nunca la fe de los creyentes se renueva al saber que el Dr. José Gregorio Hernández será elevado a los altares. Redacción/GB.
