Seguimos en Guayana por los caminos y senderos ancestrales, entre cerros, ríos, montañas, conucos e imponentes paisajes de nuestra madre tierra, resaltando la armonía de los pueblos y comunidades indígenas y su entorno, en un mundo diverso, donde somos diferentemente iguales.
Los Pueblos Indígenas, por generaciones, han obedecido a una cultura propia que reúnen características de autogestión y autosustento, principios imperantes para conducir nuestro propio destino, lejos de hacerse dependiente del mundo externo. Es así como milenariamente la cultura de nuestro pueblo se ha mantenido en el tiempo, superando grandes dificultades; invasiones, enfermedades, fenómenos naturales, desplazamientos, guerras armadas y “efectos colaterales”, inclusive mayores a las que hoy nuestra sociedad enfrenta.
Existen elementos que resaltar en comparación con aquellos tiempos, la importancia de la sabiduría ancestral, he aquí uno de principales factores que puede marcar la diferencia en la forma como se afronte las afectaciones del presente, en la que vale mencionar, la organización tradicional, la visión propia, la identidad, el reconocimiento y respeto en estricto apego a la cultura originaria que en dos palabras se traduce; conocimiento y disciplina.
No es cierto que debamos asumir conductas del mundo occidental como consecuencia de la interacción social, fundamentada en la globalización. Por años líderes indígenas, sabios profesionales, así como, aliados y colaboradores no indígenas han planteado la interculturalidad en reconocimiento a la multiculturalidad y el respeto a la esencia de los actores sociales que las representan. Aquí recurro al filósofo clásico griego “el conocimiento nos hará libre” y cito para ilustrar lo que milenariamente nuestra cultura originaria ha resistido por el sistema y modo de vida propio que reúne como característica principal, la oralidad para trasmitir el conocimiento, donde son los abuelos, sabios y ancianos quienes ejercen un papel fundamental en el mundo indígena, nuestro reconocimiento, respeto y honor.
Quienes presumen del conocimiento ancestral, solo por asumir posturas políticas en sintonía con sus intereses individuales, se inundan de contradicciones históricas, marcando distancias de la esencia de los pueblos indígenas, quienes se fundamentan en el principio de comunidad, colectividad y solidaridad. Se ha querido asumir como verdad la voz de algunos presuntos líderes y lideresas indígenas, en algunos casos no indígenas queriendo ser indígenas, quienes basándose en sus bondades económicas o virtudes, pregonan opiniones y sugerencias en nombre de los pueblos y comunidades con la intención de exponer mejoras a la realidad indígena y contrario a esto terminan afectado en forma negativa a pueblos enteros.
La esencia de la revolución se fundamenta en la experiencia comprobada de los pueblos y comunidades indígenas, no hay que adoptar procesos y formas de vida del mundo externo en comunidades indígenas, es todo lo contrario. La juventud indígena esta comprometida con la patria. ¡Somos Amerindio!
¡La historia la escribe el vencedor!
Pedro Requena
@PedroRequenaVen