El ministro de Sanidad de Rusia, Mijaíl Murashko, alertó hoy de que los «COVID-disidentes», como llamó a los que no respetan las normas sanitarias, pueden provocar una segunda ola de la epidemia de coronavirus, que ya se ha cobrado cerca de 10.000 vidas en el país.
«Si nos comportamos como COVID-disidentes, si no cumplimos las restricciones, pueden aumentar los contagios», dijo Murashko en una entrevista con la agencia Interfax.
Al mismo tiempo, consideró poco probable que se produzca una segunda ola de la epidemia de la misma magnitud de la primera, que actualmente sitúa a Rusia como el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y Brasil, por número de casos de COVID-19.
«Hemos adquirido determinada inmunidad, hemos desarrollado un sistema de tratamiento y profilaxis», explicó el ministro, que señaló que de no haberse adoptado medidas antiepidémicas, como el confinamiento, el número de fallecidos «posiblemente» hubiera llegado al millón.
El titular de Sanidad indicó que el retorno a la vida normal «es poco probable antes de febrero» del próximo año, ya que «se precisa romper la cadena de transmisión» del coronavirus.
UR