Más de cien días han transcurrido de la paralización mundial por el Coronavirus y ya se comienza a percibir acciones económicas, políticas y sociales como reacción a los efectos colaterales de la pandemia. Sin duda el núcleo generador, la economía.
Especialistas aseguran que la crisis económica que estamos viviendo es más grave que la producida en el año 1929 y secuela de lo acontecido en el 2008.
Los mercados no desaparecen, mutan, y se adecuan a las exigencias del ambiente. El mercado suramericano, con una economía contraída 70% aprox., y un incremento de 60% en la tasa de desempleo ya viene mostrando procesos acelerados para evitar el mayor daño posible.
Aquí comienza la carrera contra el tiempo, la movilidad jugará un papel fundamental y las vinculaciones intercontinentales serán claves.
A diferencia de la crisis de 1929-1930 la tecnología y la aeronáutica tendrán un importante papel, acortar los procesos y los tiempos. Las acciones deben ser tomadas en conjunto, se debe acabar con la política individual y poco colaborativa de los Estados para lograr los resultados.
Todos los países deben arrancar un proceso de adecuación tecnológica que ayude a sus empresarios, industriales, comerciantes y emprendedores; y no hay otra vía de conexión inmediata en el continente que la aeronáutica.
Se debe planificar una política multiestatal que impulse a la empresa aeronáutica suramericana para tener una mayor movilidad en el intercambio comercial, ya existe la infraestructura, faltan los estímulos.
José Manuel Coa Prieto
@CoaPrieto