La Unión Europea (UE) estudiará este miércoles la posibilidad de sancionar a Bielorrusia por «falsear» las elecciones y ejercer una «brutal» represión sobre quienes se han manifestado por ello, pero esas penalizaciones sólo serían para los dirigentes y responsables de estas actuaciones, y «nunca» para su pueblo.
Lo aseguró el alto representante de Política Exterior de la UE y vicepresidente de la Comisión, el español Josep Borrell, en una rueda de prensa en la ciudad de Santander (norte español). Y esos hechos tendrán «consecuencias» entre Bielorrusia y la UE, advirtió.
Según los datos oficiales, el presidente Alexandr Lukashenko ganó las elecciones del 9 de agosto con el 80,1 % de los votos, resultado no reconocido por la oposición.
Borrell dirige esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, un curso sobre el futuro de Europa tras la pandemia de coronavirus.
En rueda de prensa, llamó a «no repetir errores» como los que ocurrieron con Ucrania, cuando la intervención de Rusia, dado que ve «parecida» la situación de Bielorrusia.
Precisamente hoy se celebra un Consejo Europeo extraordinario para hablar de la crisis de Bielorrusia, en el que Borrell participará por videoconferencia.
«Nunca serán sanciones que afecten negativamente al pueblo de Bielorrusia, al contrario, tenemos que ayudarle y no penalizarlo por la conducta de sus dirigentes políticos», precisó Borrell.
SIN «LEGITIMIDAD» DEMOCRÁTICA
Esas posibles sanciones, que como alto representante tendría que instrumentar Borrell, «siempre» estarían dirigidas, dijo, a los responsables de lo ocurrido en Bielorrusia, en particular «a la brutal represión» sufrida por los manifestantes y condenada por el alto representante europeo.
Borrell señaló que es un país que ya estaba sometido a un régimen autoritario que, a su juicio, pretende «perpetuarse en el poder falseando el resultado electoral».
«Los ministros de Asuntos Exteriores dijimos en el pasado consejo que no reconocíamos esas elecciones falseadas, porque no habían sido ni libres ni justas, con todas las consecuencias políticas que eso implica», recordó.
Con este Consejo, la UE pretende expresar su «repulsa y condena» del régimen de Lukashenko, al que no se le reconoce que ganara unas elecciones y por tanto «carece de la legitimidad democrática requerida», subrayó Borrell.
Y señaló que pasó prácticamente lo mismo en 2010, cuando se produjo un distanciamiento entre Bielorrusia y la UE, aunque en los últimos años se había producido «alguna ligera mejoría» en las relaciones.
El Consejo Europeo ha considerado la necesidad de enviar una misión política, y el propio Borrell ha mostrado su disposición y la del presidente, Charles Michel, a acudir al país, aunque cree que «de momento» las circunstancias no parecen prever que pueda hacerse.
En este sentido, declaró, trabajarán con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa para promover el diálogo político en aquel país.
Borrell se mostró partidario de ofrecer ayuda al pueblo de Bielorrusia y manifestar la «condena, repulsa y exigencia de cambio», lo que, en su opinión, implica potenciar un diálogo «inclusivo» que combine sanciones a los responsables con una acción diplomática para facilitar la evolución del país.
EFE
