¡Gracias Dios que de los tres llevo tres! ¡Listos los tres golpes! Frases como estas comúnmente usadas por los bolivarenses para dejar saber que desayunaron, almorzaron y cenaron, han dejado de escucharte en muchos hogares, pues, comer tres veces al día, desde hace mucho tiempo, se ha convertido en un “verdadero lujo” para quienes dependen de un salario mínimo.
Hay quienes se las ingenian para generar ingresos extras y así poder garantizar por lo menos dos o una comida diaria.
“En un principio vendí algunas cosas para poder hacer mercado, luego tuve que inventarme otras para poder conseguir ingresos extras y cubrir la necesidad de comida en casa porque mi sueldo no alcanza para nada. Tengo hijos y no puedo permitirme que anden sin comer”, dijo Carlos Campos.
Bonos son “un alivio para comprar algo”
Otros dicen que, aunque no es la solución real al problema, gozar del beneficio de los bonos del carnet de la patria es “un alivio para comprar algo”.
“No es la solución, no es una gran alternativa pero por lo menos esos bonos muchas veces me han salvado de acostarme sin comer nada en todo el día. Es una entrada para solucionar por lo menos para dos días. Es triste ver cómo después de tener tanto pasamos a depender de un bono. Estudiamos y trabajamos para tener mejor calidad de vida pero eso hoy ya no existe, la vida se nos redujo a ver cómo comemos”, explicó Karina Gómez.
En algunos hogares solo comen dos veces al día y en horarios fuera de los habituales para poder ahorrar los alimentos lo más que puedan.
“Con esto de la cuarentena lo que hemos hecho es que nos levantamos tarde para desayunar casi a mediodía y almorzamos pasadas las cinco de la tarde. Hacemos solo dos comidas y así estiramos lo que tenemos”, aseguró Silvia Rodríguez.
La inflación, los altos costos de los alimentos y los bajos salarios son los principales factores que inciden para que comer tres veces al día haya pasado de algo normal a un lujo, de acuerdo a los entrevistados.
“Antes nadie se preocupaba por comer. Es más, yo todos los días comía en la calle. Hasta llegué a olvidar qué se sentía tener hambre. Hoy eso solo quedó en historias y añoranzas”, agregó Rodríguez.
Otra realidad que está a la vista de todos es el hecho de ver personas con muy bajo peso. Ante esto, algunos ciudadanos aseguran que a pesar de comer dos o quizás tres veces al día ya no se alimentan como épocas anteriores.
“Es muy común ahora ver a mucha gente muy delgada, pero es que pasa lo siguiente, probablemente si comas pero no como antes; por ejemplo, en muchos hogares te aseguro que ya no hay para hacer todos los días una ensalada, ni para comer en grandes cantidades. Pasamos de comer por ejemplo un pabellón criollo a comer solo arroz con lenteja; la arepa ya no te la puedes comer con queso y carne mechada, ni de a dos o tres, ahora solo te comes una con queso cuando hay porque la harina está muy cara. Como este te puedo citar muchos casos”, acotó Hugo Chacón.
Los entrevistados coincidieron en mantener vía la esperanza en Dios a fin de que la situación del país genere un cambio pronto.
“Hay que tener fe en Dios porque todo pasa. Esperamos un cambio pronto y con esto no nos referimos a tumbar gobiernos ni mucho menos, nos referimos a un cambio en la conciencia de quienes nos gobiernan y de quienes pueden poner este país a producir y transformarlo en la tierra próspera que una vez fuimos”, concluyeron. Vale acotar, que actualmente el salario mínimo integral es de cuatrocientos mil bolívares, mientras que el costo de la canasta básica se ubicó, de acuerdo al último reporte del Centro de Documentación y Análisis Social de los Trabajadores (Cendas) correspondiente a junio de 2020, en Bs. 41.386.644,17 bolívares soberanos, es decir, una familia requiere de 103 salarios mínimos sólo para cubrir sus gastos básicos en alimentación.
Redacción/GB