El protocolo permitirá que un familiar de entre 18 y 60 años acompañe al enfermo que se encuentre en fase terminal, el acompañante no debe tener enfermedades preexistentes
- AFP
La ciudad de Buenos Aires aprobó este jueves una ley que garantizará en su territorio el «derecho a la despedida» a los pacientes de Covid-19, que frecuentemente han muerto en soledad por el temor al contagio.
Por unanimidad, la Legislatura de Buenos Aires aprobó el protocolo que regirá en el sistema de salud y que permitirá que un familiar de entre 18 y 60 años acompañe al enfermo que se encuentre en fase terminal.
«En gran parte del mundo se definió al coronavirus como la enfermedad de la soledad. Son muchos los casos de familiares que sienten que sus seres queridos fallecieron por sentirse solos», dijo el diputado Facundo Del Gaiso, autor de la iniciativa.
«Los médicos, las enfermeras pueden acompañar. De hecho, lo hacen, son transmisores de afecto. Sin embargo, no son las personas con las que compartieron toda su vida las que acompañan y contienen a los pacientes en estado terminal», añadió el legislador.
El protocolo establece que el acompañante no debe tener enfermedades preexistentes que lo incluyan en un grupo de riesgo ni tampoco puede ser una mujer embarazada.
Los centros de salud deberán entregarle un equipo de bioseguridad igual al que utilizan los médicos para que permanezca junto al enfermo. Además, facilitarán el acompañamiento sicológico.
«Buscamos acercar a los pacientes con sus seres queridos y brindar los medios necesarios para una despedida digna, sin poner en riesgo la vida», señaló en la sesión de este jueves la diputada María Luisa González Estevarena.
Buenos Aires y su periferia concentran los casos de coronavirus del país, con alrededor de 85% de los contagios.
Muerte digna
Las iniciativas para asegurar una muerte digna a los enfermos en pandemia tomó impulso en las últimas semanas, cuando los expertos resaltaron tanto su importancia como su viabilidad.
«Al inicio, el equipo de protección faltó en todo el mundo», recordó Santiago Levín, presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos. «Pero consideramos que en este momento de la pandemia hay que brindar todo el apoyo a los protocolos que permitan una muerte digna, que es una muerte sin dolor, en compañía, una muerte humanizada», dijo a la AFP.
Hasta ahora en Buenos Aires un hospital y una clínica privada permitían el acompañamiento a los enfermos de covid-19 en fase terminal.
Proyectos similares al aprobado por la ciudad de Buenos Aires están siendo impulsados en una decena de provincias argentinas.
Además, el gobierno publicó el miércoles unas recomendaciones en ese sentido para el sistema sanitario en todo el país.
Funerales
Las propuestas abarcan también el tratamiento funerario.
El Equipo Argentino de Antropología Forense, conocido por su labor en la identificación de desaparecidos de la última dictadura (1976-83), participa con recomendaciones y ha realizado algunas capacitaciones.
«Hay que encontrar un punto medio entre los rituales culturales y religiosos que todos cumplimos cuando se nos muere un ser querido y las restricciones que nos impone la pandemia», explicó a la AFP Luis Fondebrider, presidente del Equipo.
«La pandemia es como una catástrofe continua. No es como un día que hay un terremoto, están las víctimas y se acabó. Todos los días pasa», dijo Fondebrider.
Este experto subraya la importancia de que los cuerpos estén en sepulturas individuales y que no se creen «áreas de muertos covid porque eso es discriminatorio para los familiares».
Aunque los ritos funerarios enfrentan la restricción de evitar el aglomeramiento de personas, esta semana se reabrieron para visitas los tres cementerios de Buenos Aires.
«En una situación de pandemia, de crisis sanitaria, es comprensible que en un principio se cancelen algunos rituales en función de un beneficio mayor, que es la salud de toda la población. Pero llegado cierto punto del conocimiento del nuevo virus empiezan a hacerse más audibles las voces que piden el derecho a un ritual de despedida», señaló Levín.
«Es una discusión que tiende a la rehumanización de la muerte, de los duelos en medio de una crisis inédita en la historia de la humanidad», apuntó.
Argentina se encuentra en un momento de fuerte aumento de casos y de fallecimientos por el coronavirus, con más de 10.000 contagios y 200 muertes diarias. Con 44 millones de habitantes, acumula más de 380.000 casos y casi 8.050 fallecidos.