Las calles de Colonia (oeste de Alemania) permanecen este miércoles desacostumbradamente silenciosas para un 11 de noviembre por la cancelación de los actos festivos propios del inicio oficial del carnaval por la pandemia de coronavirus.
El Ayuntamiento de la ciudad ha suspendido todos las celebraciones e impuesto en todo el territorio municipal una prohibición de beber alcohol en lugares públicos. Otros años en esta fecha pueden juntarse varios cientos de miles de personas en Colonia para la celebración.
«Quédense en casa», pidió a los vecinos Herbert Reul, el responsable de Interior de Renania del Norte Westfalia, el estado federado de Colonia.
Advirtió a continuación de que la policía va a vigilar especialmente la ciudad -con varios cientos de agentes en las calles- para velar por el cumplimiento de las restricciones impuestas por la covid, incluidas las diseñadas sólo para noviembre, y castigar «consecuentemente» a quienes las incumplan.
La Federación Alemana de Carnavalistas (BDK) ha invitado a una apertura «digital» de la temporada, transmitiendo una serie de actos a través de internet.
«Queremos estar presentes estos días y llevar la alegría a los cuartos de estar. La gente debe quedarse en casa y no salir», aseguró el presidente de la BDK, Klaus-Ludwig Fess.
La cancelación de todos los actos supone además un gran golpe económico para Colonia, cuyos hoteles, bares y restaurantes obtienen un significativo porcentaje de su facturación en carnavales.
EFE