El arzobispo de Washington, Wilton Gregory, está a punto de hacer historia: este sábado 28 de noviembre se convertirá en el primer cardenal estadounidense negro. Hasta entonces, acumula las entrevistas como si se tratara de una estrella de Hollywood.
El prelado de 72 años, que se encuentra actualmente en cuarentena en Roma, no parece nervioso en vísperas de la gran ceremonia, mientras habla por videoconferencia sobre la «importante elección» que ha hecho el papa Francisco al mostrar «su apoyo a la comunidad afroestadounidense».
«Solo soy una persona, pero en este momento soy un individuo símbolo», asegura a la AFP este hombre oriundo de Chicago, con un gran sonrisa.
Recuerda, sin embargo, que el padre Augustus Tolton, nacido en Misuri de padres esclavos en el siglo XIX y primer sacerdote afroestadounidense (ordenado en Roma porque era rechazado por los seminarios de su país), podría ser beatificado.
En junio, el primer arzobispo negro de Washington, desde hace 18 meses, no dudó en criticar el intento del presidente estadounidense de «intimidar» a la multitud a través de la religión. Donald Trump acababa de posar con una Biblia en la mano delante de una iglesia al lado de la Casa Blanca, al día siguiente de la dispersión brutal de manifestantes antirracistas.
«Tolerancia cero» contra los abusos
El prelado es también conocido por defender la «tolerancia cero» contra los abusos sexuales en el clero, especialmente cuando fue presidente de la Conferencia Episcopal estadounidense a principios de los años 2000.
En este contexto de escándalos que golpean la Iglesia, la Santa Sede acaba de publicar un informe demoledor sobre el influyente excardenal Theodore McCarrick, exarzobispo de Washington expulsado del sacerdocio en 2019, tras haber sido declarado culpable de abusos sexuales a menores y adultos.
«Un informe triste, pero importante para el futuro» con miras a revisar el proceso de selección de los obispos, comenta Wilton Gregory.
Otrora llamados los «príncipes de la Iglesia», el sábado serán 13 los nuevos cardenales escogidos por el papa Francisco.
Reflejo de la «diversidad de la Iglesia»
En casi ocho años de pontificado, el Papa argentino de 83 años ha seleccionado a la mayoría de los «cardenales electores» (que elegirán a su sucesor) entre los prelados a menudo en acuerdo con sus ideas y con menos de 80 años.
«El Santo Padre se ha empeñado en incluir en el colegio de cardenales diferentes razas, lenguas, culturas», se congratula monseñor Gregory. «Nombró a cardenales en países que nunca habían tenido, quiere claramente un colegio de cardenales que refleje la gran diversidad de la Iglesia».
Como está establecido, los nuevos cardenales se arrodillarán el sábado 28-N delante del Papa para recibir su birreta y el anillo cardenalicio en la suntuosa basílica de San Pedro.
Debido al coronavirus, habrá muy poco público en la ceremonia. La pandemia también ha impedido que dos prelados asiáticos hagan el viaje.
Monseñor Gregory viajó a Roma con un ayudante, sin la familia ni los amigos, «simplemente feliz de participar con el papa Francisco en un consistorio que será inhabitual».
El futuro cardenal también tiene una imagen de moderado y de hombre de diálogo, en una Iglesia católica estadounidense muy dividida entre progresistas y ultraconservadores, en muchas ocasiones hostiles al papa.
«Esto debe cambiar. Las divisiones que aparecen tan duramente en la espera pública no corresponden a nuestra vocación en la Iglesia», zanja el arzobispo.
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