No se puede negar que existe un gran porcentaje de la humanidad que es consumidora del azúcar añadido y que a su vez también ignoran el impacto que tiene este en el organismo. Este producto puede aparecer reflejado en las etiquetas bajo distintos nombres, y no reconocerlos puede aumentar el consumo excesivo de dicho ingrediente.
Cabe resaltar que por mucho tiempo se pensó que las grasas eran las únicas causantes de las patologías crónicas y complejas, cuando en realidad el azúcar forma parte del problema.
Es por ello que la página web Mejorconsalud a través de un artículo de la mano de profesionales en nutrición, señala los 3 nombres que se le da al azúcar en las etiquetas de productos alimenticios.
Primero que nada, a la hora de interpretar los etiquetados nutricionales, es preciso diferenciar entre el azúcar presente de manera natural y el azúcar añadido.
¿Qué es el azúcar añadido?
El primero es aquel que se encuentra de por sí en los alimentos frescos, como es el caso de la fructosa de la fruta.
Mientras que el añadido se introduce a conciencia en los productos industriales con el objetivo de mejorar las características organolépticas del elemento resultante.
Los especialistas explican que este añadido genera un aumento del nivel de glucosa en sangre, creando una resistencia a la insulina a mediano plazo. Esta situación conduce a una inflexibilidad metabólica que termina con la aparición de la diabetes tipo 2. Así lo indica un estudio publicado en la revista Advances in Nutrition.
Mejorconsalud te cuenta bajo qué nombres puede aparecer el azúcar añadido en las etiquetas nutricionales, para que de este modo identifiques su presencia:
- Miel
A pesar de que muchos identifican la miel como un producto saludable, lo cierto es que contiene una gran proporción de azúcar. Añadir dicho ingrediente a un alimento industrial significa incrementar de forma significativa el número de carbohidratos que contiene.
Muchos expertos defienden las propiedades de ciertos compuestos de la miel sobre la salud, como es el caso de la jalea real. Dicha sustancia ha demostrado ser efectiva para promover un mejor funcionamiento del sistema inmune. No obstante, puede aislarse el compuesto, de tal manera que su consumo no implique una dosis excesiva de hidratos de carbono simples.
- Jarabe de fructosa
La fructosa es un tipo de azúcar, concretamente el que se encuentra en la fruta. Es cierto que su consumo, acompañado de la fibra de dichos alimentos, no genera un impacto negativo en el organismo. Sin embargo, cuando se administra de forma libre, en los refrescos azucarados por ejemplo, la cuestión cambia.
Existen evidencias conforme dicha sustancia es capaz de estimular el desarrollo de patologías de carácter hepático, lo que condiciona el metabolismo. Esta situación da pie al desarrollo de enfermedades complejas de mayor gravedad, por lo que debemos prestar atención a este azúcar en las etiquetas.
- Panela
Esta es otra versión del azúcar añadido con una connotación menos negativa. A pesar de que la industria ha generado un marketing al respecto, en el que se afirma un menor impacto de dicha sustancia sobre la salud, lo cierto es que actúa de forma muy parecida a la glucosa.
Es un poco más nutritiva desde el punto de vista de los minerales, pero esto no supone un valor añadido suficiente. Lo que está claro es que ingerir dicho ingrediente de manera habitual también incrementa el riesgo de desarrollar patologías de tipo metabólico, entre las que destaca la diabetes de tipo 2.
¿Por qué es importante estar atentos al azúcar en las etiquetas?
De acuerdo con lo anteriormente mencionado por la página web, el consumo de azúcares añadidos es capaz de generar un impacto negativo en el organismo. Promociona la obesidad y el sobrepeso, así como las patologías pancreáticas y hepáticas.
Del mismo modo, se asocia un mayor consumo de azúcar con un incremento de la inflamación sistémica. Esta situación se relaciona con un aumento del riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares, por el incremento de la presión sanguínea.
Según has podido comprobar, la industria se las ingenia para introducir azúcar añadido en sus productos sin que el consumidor sea capaz de percibirlo. Así puede generar alimentos extremadamente palatables, lo que provoca un retorno económico muy positivo. Sin embargo, las implicaciones para la salud no son buenas, así lo expresa Mejorconsalud.
Por tal motivo, se puede considerar fundamental estar atento a los etiquetados nutricionales para así evitar el consumo inconsciente de azúcar añadida. Por último, la página web te recuerda que los problemas del consumo de azúcar se pueden prevenir de forma parcial mediante la práctica de actividad física regular. Evitando el sobrepeso y la resistencia a la insulina.
Redacción E/A