Este 29 de diciembre Ismael Morales Pérez, Moralito, como lo llaman sus amigos, arribó a sus 84 años.
Esa longevidad, asegura que se debe a su acelerada afición por la música, pues “ella mantiene el alma limpia y mantiene agiles la mente y el cuerpo”.
Su familia afirma que toda su vida ha sido un melómano. “Escucha con deleite desde el canto de un grillo cerrando la noche, como dijo un poeta: ´la tocata en Re menor de Bach, pasando por los Corraleros de Majagual, cada uno en su debida oportunidad`”.
Cuentan que de niño, escuchar la música caribeña y en especial de La Sonora Matancera, hacía vibrar sus dedos, por ello se fabricó un bongó con dos latas de leche para acompañar el ritmo. Fue en su adolescencia cuando adquirió un bongó verdadero, que ha sido su compañero por más de 60 años.
Recientemente, en una tertulia con otros periodistas íconos de la ciudad, les preguntó si alguno tenía un viejo tocadiscos que aún sirviera y una grabadora, para deleitarse con la música de Willi Colón en un disco de acetato que tenía en sus manos.
Este emblemático personaje destaca no solo por su pasión por la música. En Ciudad Bolívar ha construido un legado para el mundo periodístico. Se trata de su trabajo como caricaturista, aunque también ha tenido una destacada experiencia en radio y su pluma ha escrito innumerables trabajos para importantes diarios locales.
Tal como lo destaca Américo Fernández en sus Crónicas Angostureñas, Moralito es de los primeros caricaturistas, uno de los pioneros.
Es licenciado en comunicación social egresado de la UCV. En junio de 2011, se alzó con el premio de Periodismo Regional Andrés Roderick y el Premio Municipal J. M. Gómez Rengel. “Ese año no dejó para más nadie», pero es impresionante su seguidilla de premios de periodismo que dan cuenta de su magnífica cartera profesional.
Morales entró al periodismo local con sus caricaturas “Cartones de Morales”, cuando Brígido Natera Ricci fundó el diario “El Bolivarense” en diciembre de 1957. Los clisés había que hacerlos en el diario “Antorcha” de El Tigre (1969), cuenta el historiador.
Las caricaturas de Morales han sido reproducidas por revistas como “Voz y Camino” dirigida por el ex presidente de la República, Luis Herrera Campins, y ha tenido coincidencias temáticas y de leyendas el mismo día con caricaturas de los grandes como Zapata.
Morales en sus conversaciones suele recordar esta referente a la muerte de Ramiro Finol, el inventor de la tinta indeleble utilizada por primera vez en unas elecciones: “Murió Ramiro, pero nos dejó su huella indeleble”.
Hoy, los compañeros de trabajo de Moralito en el diario El Luchador, con orgullo y enorme afecto le rendimos tributo al caricaturista y ser humano ejemplar, alegre, dicharachero, que con su creatividad y originalidad sigue expresando cada día en nuestras páginas digitales, las realidades de la Venezuela de ayer y hoy, usando con envidiable maestría sus mejores armas: lápiz y papel, para ofrecerle al mundo sus Humorales. Redacción.