La leche de almendras se ha convertido a nivel mundial en un producto recomendado por muchos médicos especialistas y nutricionistas, y es que su contenido es rico en nutrientes y su ventana de desventajas es más reducida que la de la leche completa.
Es así, como la página web Mejorconsalud comparte un artículo acerca de las ventajas y desventajas de la leche de almendras en los niños. Dicha publicación fue escrita y verificada por el medico nutricionista Saúl Sánchez, el cual inicia expresando que el uso de esta leche en niños es una moda nueva sobretodo en la dieta occidental debido a la capacidad que tiene para sustituir los lácteos y una buena opción para las personas que padecen intolerancia a la lactosa de igual manera aclara que no es apta para todo el mundo.
Continua explicando que la leche es un buen alimento que no debe ser sustituido, al menos que exista un motivo médico. Si se trata de intolerancias a la lactosa estas han de ser correctamente diagnosticadas, de lo contrario se estaría suprimiendo un producto de la dieta capaz de aportar proteínas y grasas de alta calidad.
¿A partir de qué edad se puede consumir leche de almendras y por qué?
Sánchez responde que primeramente es necesario tener en cuenta que la leche materna ha demostrado ser el mejor alimento para el niño hasta los 6 meses de edad de forma exclusiva y hasta los 2 años como complemento. Aconseja que la introducción de los productos no maternos sea paulatina y que se respeten las indicaciones del pediatra.
Con respecto a los frutos secos, el nutricionistas indica que se pueden introducir a partir de los 6 meses de vida, aunque es recomendable que dicha ingesta se realice previo picado de los mismos para evitar atragantamientos. En este sentido, en el sexto mes ya se podría introducir la leche de almendras o las leches derivadas de frutos secos.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con el producto de leche de almendras que se utiliza. Muchos de ellos cuentan con azúcares añadidos en su composición, lo que reduce el valor nutricional, advierte Sánchez.
Beneficios del consumo de leche de almendras en niños
Reducción del riesgo de alergias
La introducción temprana de almendras en la dieta consigue reducir el riesgo de desarrollar alergias a los frutos secos en etapas posteriores, lo que resulta positivo. Cabe destacar que dichos alimentos cuentan con grasas de alta calidad y con proteínas. Además, son capaces de aportar micro y fitonutrientes.
Una opción para los niños alérgicos a las proteínas de la leche de vaca
En aquellos niños en los que no es posible introducir leche de vaca, debido a procesos alérgicos, la leche de almendras es una gran opción. Obviamente, la lactancia materna siempre ha de ser la prioridad.
No obstante, si existe algún tipo de factor limitante para la propia lactancia se pueden preparar biberones con esta clase de bebidas. Así se evitan procesos que incrementan las reacciones inflamatorias.
Aporte de minerales
Según lo dicho, los frutos secos se caracterizan por ofrecer un completo aporte de minerales, entre los que destaca el zinc. Dicho micronutriente es esencial para garantizar el correcto funcionamiento del sistema inmune, según un estudio publicado en la revista Nutrients. Este mineral influye en la diferenciación de las células que conforman las líneas de defensa del organismo.
El zinc es un elemento nutricional que se ha vinculado a la mejora de la eficiencia del sistema inmune en niños y adultos.
La leche de almendras en niños es una opción para alérgicos
Tal y como hemos explicado, el consumo de leche de almendras en niños tiene sentido para prevenir el desarrollo de alergias y para evitar el consumo de leche de vaca en sujetos que son intolerantes o que desarrollan patologías autoinmunes en presencia de sus proteínas.
Se puede introducir a partir de los 6 meses de vida, aunque la opción preferente será siempre la lactancia materna. Esta será capaz de aportar todos los nutrientes que el bebé necesita para desarrollarse de forma adecuada.
Contraindicaciones y desventajas del consumo de leche de almendras en niños
En su defecto, la leche de vaca cuenta con un aporte nutricional interesante. Sin embargo, la de almendras carece de proteínas y de lípidos de elevada calidad, por lo que es deficitaria desde el punto de vista de los macronutrientes.
Además, algunas versiones cuentan con elevadas cantidades de azúcares añadidos, lo que perjudica la salud metabólica del bebé. En este sentido, es crucial mirar los etiquetados para evitar ultras procesados capaces de ejercer un efecto negativo.
Ten en cuenta que, en el mejor de los casos, la leche de almendras se conformará de una elevada cantidad de agua con restos del fruto seco, por lo que obtendremos un producto bastante insípido y no demasiado beneficioso. Más allá de la ventaja que se genera por la reducción del riesgo de desarrollar alergias, existen otros alimentos en la dieta con mayor calidad.
En sí, si los pequeños de la casa ya presentan intolerancia o alergias a la leche de vaca, pues la leche de almendras es un sustituto eficaz y solución a este problema, además existe una posibilidad de menor riesgo de alergias a los frutos secos.
Redacción E/A