Las calles estaban medio vacías el jueves en Edimburgo, donde la tradicional fiesta de fin de año «Hogemanay» fue anulada por el confinamiento y los escoceses afrontan 2021 preocupados por el Brexit, aunque muchos de ellos esperan que dé un nuevo impulso al proceso independentista.
La calle comercial Royal Mile, donde en los escaparates se suceden los productos típicos de Escocia, como el whisky o el tartán, estaba medio desierta y cubierta por la nieve.
Los pocos transeúntes expresaban su preocupación por la culminación del Brexit a partir de las 23H00 GMT del jueves.
«Es realmente triste salir de la Unión Europea, pero cuando habrá terminado, deberemos volver a impulsar el proceso de independencia», asegura Zoe Stewaert, que en 2016 votó a favor de quedarse en la UE, como lo hicieron el 62% de los escoceses.
La primera ministra escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, considera que el Brexit puede ser una oportunidad para aumentar los apoyos a favor de la secesión.
El Partido Nacionalista Escocés (SNP), partido de Sturgeon, es el gran favorito para las elecciones locales de mayo de 2021 e insiste en que quiere organizar un segundo referéndum de autodeterminación, después de que el «no» a la independencia ganara en la consulta celebrada en 2014.
Una amplia victoria del SNP en los próximos comicios aumentaría la presión sobre Londres para que acepte un segundo referéndum, al que ya han bautizado como «indyref2».
Sin embargo, el primer ministro británico, Boris Johnson, se opone con firmeza a esta segunda votación, aunque su negativa puede desembocar en una crisis política en Escocia.
– 2021, ¿un año decisivo? –
Un 58% de los escoceses se posiciona a favor de la ruptura con Reino Unido, según un sondeo reciente de Savanta ComRes para el diario Scotsman, que reflejó un nivel de apoyo a la independencia especialmente elevado.
«Es muy difícil de detectar una tendencia, ya que varía. Durante el primer semestre de 2020, la cosa estaba 50 a 50. Pero durante el segundo semestre (los partidarios de la secesión) superaron el 50% y alcanzaron el 59%», sobre todo por la gestión de la crisis del covid-19, explica Nicola McEwan, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Edimburgo.
Sturgeon, con elevados niveles de popularidad, sacó provecho de su gestión de la pandemia, mucho mejor valorada por la opinión pública que la actuación errática de Johnson durante la crisis sanitaria.
Mike Blackshaw ya hace campaña a favor de la secesión desde su «Yes Cafe», decorado con un retrato de la primera ministra y donde suelen reunirse militantes independentistas de Edimburgo.
Las camisetas y los pines ya están preparados, así como una nueva bandera independentista, que mezcla los colores del estandarte de Escocia con los de la UE.
«El año 2021 será un año decisivo para el movimiento independentista», afirma esperanzado Mike Blackshaw, que milita por la secesión desde hace décadas.
Blackshaw, con una larga barba blanca, tiene claro cuál será su deseo para el «first footing», una tradición escocesa que dice que el simbólico primer paso tras medianoche da buena suerte: «Un referéndum en septiembre, ganarlo y después ya podré vivir tranquilamente».
AFP