Por si no conoces de esta semilla, la nutricionista Anna Vilarrasa te revela información bastante interesante acerca del pro y el contra de las semillas de albaricoque. Quien inicia expresando que la popularización de esta se da por su rica composición nutricional. Y que además, hasta hace poco se hablaba de un posible efecto anticancerígeno.
Por lo general, al comer una pieza de fruta, la mayoría de personas acaban desechando el hueso. Sin embargo, ¿será posible que en su interior se concentren nutrientes con propiedades anticancerígenas? Parece ser que este es el caso de las semillas de albaricoque.
En los últimos años, varias investigaciones han hablado sobre los efectos de estas semillas. Aun así, los entes reguladores alertan sobre los riesgos de consumirlas en cantidades excesivas, pues pueden causar envenenamiento por cianuro.
LAS SEMILLAS DE ALBARICOQUE
La composición nutricional y las propiedades de las semillas de albaricoque son diferentes a las que aporta la fruta fresca. En particular, se destacan por su contenido graso, que corresponde a la mitad de su peso total. Para ser más exactos, contiene omega 3 y 6, un 25 % de proteínas y un 8 % de hidratos de carbono.
Debido a esto, se ha hablado de sus posibles beneficios en la estabilización del colesterol en sangre y la mejora de enfermedades inflamatorias como la colitis ulcerosa. También se destaca su capacidad para proteger e hidratar la piel. Además, en los últimos años se ha investigado por sus componentes con potencial anticancerígeno.
Las primeras referencias datan del año 1920, cuando el Dr. Ernst T. Krebs ya lo usaba en forma de aceite para tratar personas afectadas por esta enfermedad. No obstante, en aquellas pruebas resultó ser demasiado tóxico. En consecuencia, aún se duda sobre su seguridad.
¿Por qué se considera anticancerígena?
En las semillas de albaricoque se han encontrado componentes que, al parecer, tienen actividad anticancerígena. Sumada a la presencia de grasas, proteínas e hidratos de carbono, este ingrediente contiene vitamina B17.
Al respecto, el Dr. Krebs relacionó un déficit de dicha vitamina con la aparición del cáncer. De este modo, sustentó que suministrarla en forma de suplemento podría contribuir a detener el crecimiento de las células cancerígenas.
Este nutriente también se conoce con los nombres de «amigdalina» o «laetrilo» (marca patentada de un derivado). Se dice, por tanto, que al masticar las semillas de albaricoque dicho elemento químico se degrada y aparece cianuro de hidrógeno. De este modo, se da la actividad antineoplásica que parece ser coadyuvante a la hora de detener el crecimiento de tumores.
Pero, ¿qué dicen los estudios actuales? ¿Es en verdad efectiva?
Pues bien, hoy por hoy no se considera un tratamiento de primera elección. Si bien se aplica en algunas ocasiones, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos no lo considera adecuado.
Lo anterior se debe a que los estudios se han hecho en animales y no han dado resultados positivos en humanos. Por el contrario, existen muchas dudas sobre los posibles riesgos que acarrea. Incluso, su uso está prohibido por el Gobierno de los Estados Unidos.
El principal riesgo para la salud de las semillas de albaricoque es la posibilidad de padecer una intoxicación por cianuro. Según indica la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA), los huesos de la fruta contienen amigdalina. Dicha sustancia desprende cianuro y es absorbido por el organismo.
El blanco principal del este elemento químico es el sistema nervioso central, junto con el riñón y la tiroides. En dosis elevadas, este puede causar una serie de síntomas por intoxicación, como los siguientes:
- Náuseas.
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Sed.
- Letargia.
- Nerviosismo.
- Dolor articular.
- Dolor muscular.
- Hipotensión.
- Muerte (en algunos casos).
Los estudios con los que trabaja la EFSA indican que una cantidad variable, entre 0,5 y 3,5 miligramos de cianuro por kilo de peso corporal, puede resultar fatal. La cantidad que se considera segura y como ingesta admisible se establece en 20 microgramos por kilogramo de peso corporal, lo que equivale a una semilla grande o tres pequeñas.
Estudios relacionados con las semillas de albaricoque
Varios análisis científicos y clínicos se han practicado sobre el efecto de la amigdalina. La mayoría de las investigaciones encontradas han rechazado las afirmaciones de que las semillas de albaricoque o el laetrilo tienen efectos positivos en el tratamiento del cáncer.
A FAVOR
A pesar de las reclamaciones de salud que se han vertido sobre este compuesto, la evidencia a favor es poca. En este estudio de la revista Life Sciences sí que se observa un efecto positivo frente a células tumorales de páncreas, pero los propios investigadores señalan la necesidad de más investigación.
Si bien en un principio el laetrilo fue aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos como tratamiento posible para el cáncer, la aparición de los numerosos efectos negativos, el riesgo de intoxicación y la falta de evidencia científica han acabado con el permiso existente para este uso.
EN CONTRA
En cambios, los análisis y el posicionamiento científico en contra de la vitamina B17 son más numerosos. O por lo menos esta es la decisión que han tomado un buen número de organismos oficiales. De manera unánime, no aconsejan su uso, alertan del peligro de intoxicación e incluso lo prohíben.
En el documento sobre la amigdalina, publicado por el Instituto Nacional del Cáncer, se citan sus propios estudios llevados cabo con el componente laetrilo. Tanto en animales como en investigaciones de laboratorio no se observan efectos positivos. Tampoco del tratamiento de la amigdalina junto con otros principios activos.
El New England Medical Journal publica un artículo en el año 1982 que resume los resultados de una prueba médica con pacientes afectados de cáncer. De acuerdo a lo observado, los pacientes no sufrieron una mejoría respecto a la curación de la enfermedad o a sus síntomas. Tampoco se alargó la esperanza de vida. De hecho su conclusión es clara: la amigdalina es una droga tóxica.
En el año 2006, una revisión en Cochrane concluyó que no existe evidencia significativa de los efectos de la amigdalina como tratamiento para pacientes con cáncer.
Las semillas de albaricoque se deben emplear con precaución
Las advertencias sobre la toxicidad por cianuro tras el consumo de semillas de albaricoque crudas son serias y rigurosas. Aun así, como se señala desde la EFSA, no hay ningún tipo de peligro por comer la fruta fresca. También es seguro el uso del aceite, las bebidas alcohólicas, los aromas, los jugos de frutas, el mazapán, las galletas o los dulces.
Además, el aceite que se puede extraer es abundante en ácidos grasos poliinsaturados y en vitamina E. Estos le otorgan un interesante efecto hidratante que ayuda a cuidar la barrera cutánea, sobre todo en pieles secas y dañadas.
El medicamento laetrile no está autorizado como tratamiento válido para el cáncer. Pero, como se advierte en este documento, sí que se puede encontrar disponible en el mercado. Es importante estar alerta con su adquisición, pues podría estar contaminado y no exento de posibles efectos tóxicos.
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