Tan cerca por la geografía. Tan lejos por la confrontación política. La pelea diplomática entre el régimen de Nicolás Maduro y el Reino de los Países Bajos ha infligido un duro golpe a los empresarios venezolanos, que esperan el pronto restablecimiento del transporte directo y marítimo para impulsar su expansión hacia Aruba, Curazao y Bonaire.
De acuerdo con la información que maneja el presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), Ramón Goyo, las autoridades de Caracas, Ámsterdam y el Caribe Neerlandés están en conversaciones “con la intención de abrir el transporte marítimo y aéreo, y fortalecer el comercio formal” con las islas. “De un momento a otro deberían anunciar la apertura con reglas claras”, sostiene el portavoz gremial.
El representante de AVEX resalta que Aruba, Curazao y Bonaire son “mercados importantes” para el sector privado de Venezuela. “Son países pequeños, con pocos habitantes, pero tienen un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita interesante. El PIB de Curazao se ubicaba en unos 3 mil millones de dólares y el de Aruba en unos 2,5 mil millones, son países que tienen poder adquisitivo”, subraya.
Goyo agrega que las dimensiones de este mercado también se ajustan a las mermadas capacidades del empresariado venezolano, disminuido por una larga contracción económica y por un marco regulatorio hostil. “No nos van a pedir cantidades que no podamos proveer. Venezuela debe ser el gran proveedor de las islas”, enfatiza.
El vocero de AVEX menciona otra oportunidad que ofrecen Aruba, Curazao y Bonaire a los emprendedores de Venezuela: “Allí se pueden desarrollar marcas. Eso puede servir de aprendizaje a las empresas que están empezando a exportar productos relacionados con la industria del calzado, vestido, higiene personal, limpieza del hogar y alimentos”.
El interés en esos mercados no es nuevo. “En la medida en que nuestra economía se fue afectando, muchas empresas pequeñas y medianas pensaron en las islas”, comenta Goyo. Sin embargo, las diferencias políticas entre el régimen de Maduro y el Reino de los Países Bajos provocaron el cierre de las fronteras en febrero de 2019 y han enturbiado la relación entre las partes.
La tensión diplomática trajo como consecuencia la interrupción de programas de producción y la organización del transporte marítimo para desplegar un comercio formal, estable y sólido. Pese al retroceso sufrido, Goyo dice que existen planes para levantar un gran centro de acopio en Curazao que permita surtir a Aruba y Bonaire.
“Hemos hecho ruedas de negocios, misiones comerciales y hay propuestas claras en el área de agroindustrias, alimentos sin procesar, calzado, construcción y vestido. Hay interés en invertir en la comercialización para ajustarse al mercado”, asegura el dirigente gremial.
Nueva época
Goyo afirma que desde AVEX “hemos buscado la forma de impulsar las exportaciones no tradicionales”, con el objetivo de diversificar la economía venezolana. Explica que históricamente Venezuela “buscó potenciar la exportación de materias primas”; empero, apunta que en la actualidad “uno de los problemas que tenemos es que esas materias primas no se están fabricando en el país y las principales cadenas de valor han sido afectadas”, situación que se ha agravado por la debacle del sistema eléctrico nacional.
En 1998 funcionaban en Venezuela unos 13 mil establecimientos industriales. Tras 21 años de revolución chavista, solo quedan en pie 2.400. La caída de la producción ha reducido y transformado la oferta exportable de Venezuela, que incluye a los sectores de la construcción y ferretero, manufacturas plásticas, autopartes, tuberías, agroindustria, alimentos sin procesar, productos del mar, de higiene personal y de limpieza del hogar, medicinas, cacao, ron, café y frutas tropicales, entre otros.
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