“Tenía El Chino León una manera tan particular de decir las cosas que a muchos les parecía a la vez terrible y divertida. Era algo espontáneo y ayudado por una elocuencia natural apoyada en el lenguaje popular y coloquial, siempre lleno de gracia y de proverbios y que tuvo representación auténtica en el diario y longevo microprograma radial La piedrita en el zapato, que ostentaba como lema: Así me lo dijeron, así lo digo», refiere el historiador de la ciudad, Américo Fernández, en una de sus Crónicas Angostureñas.
Es por ello que el cuento de hoy comienza haciendo referencia a algunos de sus pintorescos refranes:
- ¡Agárrate de la brocha que me llevo la escalera!
- ¡Viernes de… batir la avena!
- ¡Mejor pa`l perro si la perra es chucuta!
- ¡A perro que no conozco… no le jorungo el rabo!
- ¡Te doy la orden y no te cobro ni medio!
- ¿Y tú que me ves? ¿Tengo la camisa al revés?
- ¡En carnaval…no me mojes porque hoy planché!
- ¡Perro no es visita y borracho no es gente!
- ¡Morrocoy no sube palo ni cachicamo se afeita!
- ¡Pa` bachaco…chivo!
Más de uno se quedaba pensando…: ¿Qué me habrá querido decir con eso?
Auristela Pérez, Directora de Onda en Ciudad Bolívar
“Sus refranes, aunque muy jocosos y a veces extraños, venían siempre cargados de aprendizaje. No sé la cantidad de refranes que manejaba, pero cada vez que me veía me decía uno distinto y yo terminaba preguntándole: – ¿Chino de dónde tú sacaste eso? O – Bueno Chino, ¿y eso qué significa?. El Chino fue una escuela para todos los radiodifusores. Él te decía que tú eras su hijo si estabas en la radio. Otra persona como él en la radio, al menos en Ciudad Bolívar, no creo que lo iguale. Es que El Chino lo tenía todo: carisma, sentimiento de amor hacia la ciudad, era una biblioteca ambulante. Conocía la historia propia de la ciudad, cómo fue creciendo y sabía cada detalle de cada personaje, independientemente de la labor que desempeñara, para él todos eran importantes si aportaban a la ciudad en cuanto a constancia y valores, esos atributos los resaltaba. Siempre me decía, cuando tu amas la radio, nadie te puede detener, ni un 24 ni un 31 de diciembre porque tú estás unida a un sentimiento mágico con esos micrófonos. Si ese es tu sueño no te pares por nadie”, detalló la locutora concluyendo que, simplemente, le hizo caso al maestro.
Gabriela Simosa, periodista y locutora:
“Mi contacto con él principalmente fue como Secretaria de Organización del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), me tocó estar pendiente de los afiliados y a raíz de eso mi relación con El Chino se tornó cercana porque él siempre iba al Colegio. Conversábamos y eso me sirvió para conocer mucho de él, de su trayectoria al ser el periodista más longevo y activo en la radio. Fue un gran colaborador de aquella junta directiva con la que trabajé. Escuchar su programa en Interactiva era obligado, era una diversión. La mañana pasaba volando escuchándolo. Coincidencialmente, el año pasado para el 120º aniversario de la Cámara de Comercio, se le rindió un homenaje y fue un acto cargado de emotividad, en donde el liderazgo gremial del estado Bolívar, e incluso, a nivel nacional, reconoció la trayectoria de El Chino León”, comentó la también conductora del programa radial En tiempo real.
Unas coplas para El Chino
…Un triste día de febrero
se nos fue El Chino León
partió el amigo sincero
con su voz como un cañón.
Escucharlo en las mañanas
fue de gran satisfacción
con sus chistes, con su música,
comentarios y buena programación.
Siempre estarás presente
en nuestros corazones
porque con tu don de gente
nos llenaste de emociones.
Padre, hermano y amigo
no te vamos a olvidar
tu alma será testigo
de lo que acabo de anunciar.
Se ha marchado nuestro hermano
sin despedirse siquiera
para estrechar yo su mano
quisiera yo que volviera,
navegar con él por el Orinoco
y por mi Guayana entera
con un cuatro, unas maracas
y mis bandolas llaneras.
Son para ti estas coplas
en este humilde homenaje
que con la música se acopla
y por eso te las traje.
Con sus voces, Serenata,
te ha venido aquí a cantar
un calipso que hizo “Cheo”
te lo quiso dedicar.
Autor: Gerson García, músico bolivarense de reconocimiento internacional.
RECUADRO
Un mondongo para Julio Jaramillo
Cuentan que cuanto estuvo Julio Jaramillo en El Edén, El Chino fue a transmitir el evento. Estaba tan lleno de personas el lugar que era casi imposible entrar. Resulta que EL Chino conocía a unas personas que vivían detrás de la estación de servicio, era un barrio paralelo a El Edén, que aún no estaba formalizado. El Chino habló con ellos para meterse por allí con su Volkswagen. El carro se le quedó atascado, pero como pudo llegó y allí estuvo en la tarima. Se puso a conversar con Jaramillo sobre comida y éste le dijo que quería comer mondongo, a lo que respondió El Chino: – Aquí hay una tostada que llaman La Tostada Guaicaipuro y ahí te comes un buen mondongo. Sin embargo el lugar estaba tan abarrotado que era imposible salir en el carro, por lo que El Chino se fue a la tostada en la moto de un amigo suyo que le decían “cebolla”, allá aprovechó de comerse un mondongo y le trajo otro al famoso e inolvidable Julio Jaramillo. (Redacción/Gledis Bonilla)