El ultranacionalismo religioso, un discurso de mano dura contra los palestinos, la defensa de la anexión israelí de Cisjordania ocupada o el neoliberalismo económico marcan la carrera de Naftali Benet, el nuevo primer ministro de Israel en un gobierno alternativo al de Benjamín Netanyahu por primera vez en 12 años.
Tras un complejo pacto sin precedentes históricos entre ocho partidos de casi todo el espectro político, Benet -líder del ultranacionalista Yamina- fue ratificado este domingo como jefe del Ejecutivo en una votación en el Parlamento que validó la creación definitiva de un nuevo Gabinete que se basará en la rotación en su jefatura.
Benet ocupará el cargo en la primera mitad de la legislatura, por dos años, hasta ser reemplazado en 2023 por el centrista Yair Lapid.
El Nacional