Cuando Inessa Kravets batió el récord del mundo del triple salto llegando a 15,50 para ganar el Mundial de Gotemburgo en agosto de 1995, la madre de Yulimar Rojas estaba en la recta final del embarazo. La futura estrella del atletismo venezolano nació dos meses después, en octubre, y ahora aspira a quebrar aquella vieja plusmarca de la ucraniana.
Yulimar, en un momento de plenitud a sus 25 años de edad, empieza este lunes su gran semana. El viernes se estrenará en la ronda de clasificación de su prueba, en la jornada en la que arranca el atletismo en Tokio-2020, y el domingo disputará en principio la final.
Desde que Rojas se colgó la medalla de plata olímpica en Rio-2016 con 20 años, siendo superada en aquella final por la colombiana Caterine Ibargüen, el reinado de la venezolana en la prueba ha sido absoluto hasta el punto de que parece competir únicamente contra sí misma, en busca de un récord mundial al aire libre que hasta ahora se le ha resistido, pero al que se acerca paso a paso.
En febrero de 2020, en Madrid, Yulimar Rojas pudo batir el récord del mundo en pista cubierta, imponiéndose con 15,43 metros, dejando atrás la plusmarca de la rusa Tatiana Lebedeva (15,36 metros).
Ya en ese momento las preguntas se dirigían al mismo punto: ¿para cuándo el récord al aire libre?
El coronavirus revolucionó gran parte del calendario deportivo del pasado año y eso frenó sus posibilidades.
Pero en 2021, Yulimar Rojas ha demostrado que cada vez está más cerca de conseguirlo.
España, donde se prepara a las órdenes del mítico exsaltador de longitud cubano Iván Pedroso en Guadalajara, es el lugar donde han llegado sus mayores saltos.
Además de Madrid, escenario de la plusmarca bajo techo, en septiembre de 2019, en vísperas del Mundial de Doha, consiguió en la localidad andaluza de Andújar la entonces segunda mejor marca de la historia, con 15,41 metros.
Los focos se dirigieron hacia ella en vísperas de esa gran cita catarí.
«Voy a ir a por todas y a tratar de buscar el récord», afirmó Rojas en una entrevista con la AFP en Doha, unos días antes de su participación en el evento.
«Caerá muy pronto»
Incluso la propia Inessa Kravets, en declaraciones difundidas por la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics), dijo entonces ser consciente de que su récord mundial se tambaleaba.
«Yulimar Rojas es la mejor de todas las saltadoras del triple actualmente, tiene un potencial increíble. Tiene una condición física perfecta, una gran velocidad y una técnica muy buena, con una estructura corporal creada por Dios para ser saltadora de triple. Aunque somos muy diferentes en muchas cosas, me recuerda a mí misma a veces. Cuando salta parece que es fácil, que es natural. Y todavía es joven. Mi récord del mundo caerá muy pronto», afirmó entonces.
La venezolana se colgó la medalla de oro en ese Mundial de Doha, revalidando el título que había conseguido dos años en Londres. Lo hizo con autoridad, llegando a 15,37 metros, pero el récord mundial tuvo que esperar.
Después llegó la pandemia, en un año 2020 sin grandes competiciones en el atletismo.
En este 2021, camino de Tokio, Rojas llegó en mayo a 15,43 metros, superando su segunda mejor marca de la historia al aire libre, de nuevo en Andújar.
A principios de este julio en Mónaco, en una reunión de la Liga de Diamante, Rojas sintió que en uno de sus intentos había estado a punto de batir el récord del mundo.
«Era un salto de récord, pero fue nulo. Solo me queda seguir trabajando y recargar las baterías para los Juegos de Tokio», dijo entonces.
Y Tokio ha llegado. Ella aterrizó en la capital nipona el sábado tras unos problemas con los vuelos y no pudo estar el viernes en la ceremonia de apertura, donde debía ser la abanderada de Venezuela.
Justo tras poner los pies en Japón, Rojas dijo en vídeo que llegaba «con ganas de darlo todo».
En las redes sociales, ya con su acreditación de atleta de Tokio-2020, sonríe en la Villa Olímpica. En plena cuenta atrás, todo está preparado para tres zancadas que pueden ser históricas.
El Nacional