“Los cajeros quedaron de adorno”. Ese es el comentario que se les escucha a los barquisimetanos cuando se les consulta el tiempo que tienen sin utilizar un cajero automático o sin sacar efectivo del banco, debido a que la mayoría de estos equipos se encuentran dañados o han sido vandalizados, y los pocos que funcionan tan solo emiten la cantidad de ocho a 10 millones de bolívares máximo, que alcanza únicamente para pagar el pasaje de transporte público.
“Hasta diciembre de 2020, en Venezuela habían 5.762 cajeros automáticos, pero cuando mucho estarían en funcionamiento el 5%, (288) en el país. En 2019 existían 7.512 cajeros automáticos, lo que representa que en el último año 1.750 dejaron de funcionar”, explicó Claudio Rivas, secretario general de la Federación de Trabajadores Bancarios y Afines (Fetrabanca).
Comentó que la mayoría están obsoletos porque datan de los años 2007 y 2008, y realizar el mantenimiento o calibrarlos debido a la cantidad de nuevos billetes que han surgido en Venezuela en los últimos tres años es costoso para las entidades bancarias, esto debido a la hiperinflación que hay en Venezuela, donde el bolívar pierde diariamente su valor. “Los repuestos deben ser importados y los bancos ya no cuentan con las divisas preferenciales para cambiarlos o arreglarlos”, dijo.
Sostiene que el Banco Central de Venezuela (BCV), también envía a las entidades bancarias muy poco efectivo, razón por la cual los cajeros han venido perdiendo su utilidad. “Los cajeros que están habilitados son los de las sedes principales de cada banco en las ciudades del país. La mayoría de los clientes lo que pueden es consultar saldo o pagar algún servicio”, expresó.
Por Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA