La Corte Conjunta de Justicia ratificó la condena a cuatro años de prisión contra cuatro personas que participaban en una red de tráfico y explotación sexual de venezolanas en Curazao.
El veredicto involucra a una mujer y tres hombres, entre ellos un funcionario de la policía de la isla, señalados de captar a las mujeres en territorio venezolano, trasladarlas en botes y ponerlas a trabajar como “trago girls” o ficheras en el bar La Tasca.
Según datos de registro mercantil, este club nocturno pertenece a una holandesa de origen portugués, y funciona en la avenida Frederikstraat.
Los implicados fueron detenidos durante los primeros días de 2019, como parte de una investigación que no se restringía solo a las actividades desarrolladas en La Tasca.
Para robustecer las imputaciones, el fiscal acusador contó con los testimonios de dos mujeres, así como también de un empleado de seguridad del propio local.
La red reclutaba a las mujeres en Venezuela, a sabiendas de que la población está muy afectada por el deterioro económico, y que además podría aprovechar la circunstancia de que ninguna de ellas hablaba papiamento ni holandés.
“Las víctimas no conocían virtualmente a nadie, y no tenían permisos de trabajo ni de residencia”, expone la acusación.
Las mujeres debían trabajar desde las 10 pm hasta las 7 am. Pero la jornada podría extenderse hasta las 11 am si todavía quedaban clientes en el local.
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