Diez de los bosques más protegidos del mundo se han convertido en emisores netos de carbono, debido a su degradación por la actividad humana y el cambio climático.
Es la alarmante revelación de un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) sobre el papel de estos bosques, declarados patrimonio de la humanidad, en la emisión y absorción de gases que contribuyen al calentamiento global.
La investigación concluye que, durante los últimos 20 años, estas áreas protegidas —que abarcan dos veces la extensión de Alemania y casi el área total de Chile— emitieron más dióxido de carbono (CO2) del que absorbieron.
La red de 257 bosques denominados patrimonio de la humanidad absorbe 190 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera cada año, añade el estudio.
«Eso es casi la mitad de las emisiones anuales de carbono dióxido producidas por la quema de combustibles fósiles en Reino Unido», dijo el doctor Tales Carvalho Resende, coautor del informe.
«Ahora tenemos la imagen más detallada hasta la fecha del papel vital que estos bosques juegan en la mitigación del cambio climático».
Sin embargo, los bosques están sometidos a toda una serie de presiones, incluyendo la tala ilegal, la expansión de cultivos e incendio forestales cada vez más frecuentes por el cambio climático.
Combinando los datos recopilados por satélite y por monitoreo en tierra, los investigadores han podido estimar cuánto CO2 absorbieron y emitieron los bosques protegidos por la Unesco entre 2001 y 2020.
Además de calcular los miles de millones de toneladas de dióxido de carbono absorbidos por toda esa «biomasa» de árboles y vegetación, el estudio revela la presión bajo la cual se encuentran algunos de estos sitios.
Son bosques que cuentan con el más alto nivel de protección oficial por su valor natural y son monitoreados continuamente.
«Continúan bajo una presión significativa», indicó el doctor Carvalho Resende, «principalmente por la intrusión de la agricultura y la tala ilegal; presiones provocadas por los humanos».
«Pero también encontramos amenazas relacionadas con el clima, específicamente incendios forestales».
«Círculo vicioso»
Unos «incendios forestales sin precedentes», tal como los denominó la Unesco, registrados particularmente en Siberia, Estados Unidos y Australia, emitieron decenas de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
«Es un círculo vicioso», dijo Carvalho Resende.
«Más emisiones de carbono significan más incendios forestales, lo que quiere decir más emisiones de carbono».
Se estima que el huracán María destruyó 20% de la bóveda arbórea en el parque nacional de Morne Trois Pitons, Dominica, en 2017.
«Este estudio contiene un mensaje de alarma», advirtió Carvalho Resende.
«Hasta las áreas forestales más protegidas del mundo están amenazadas por la crisis climática global».
Ante ello, hace un llamado a la acción, para reducir las emisiones globales y «garantizar así que estos bosques sigan siendo sumideros de CO2 y, por supuesto, sitios importantes por su biodiversidad».
BBC News