Japón anunció el lunes el cierre de sus fronteras a todos los visitantes extranjeros para frenar la variante ómicron del covid-19 y durante la jornada, los ministros de Salud del G7 se reunirán de urgencia para intentar trazar una estrategia común ante este avance de la pandemia.
Tres semanas después de haber flexibilizado algunas restricciones, Japón decidió implantar estrictos controles fronterizos, algo que muchos consideraban cosa del pasado.
«Vamos a prohibir la (nueva) entrada de extranjeros de todo el mundo a partir del 30 de noviembre», dijo el primer ministro japonés Fumio Kishida a la prensa.
Ómicron, detectada inicialmente en el sur de África, ya está presente en numerosos países en todo el mundo.
Este lunes los ministros de Salud del G7 (Francia, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido) se reunirán «para discutir la evolución de la situación sobre ómicron», en un encuentro de urgencia en Londres, que ostenta la presidencia temporal del G7.
Con más de cinco millones de fallecidos en todo el mundo desde que se declaró la pandemia en 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró la nueva variante ómicron como «preocupante».
«Sabemos que estamos en una carrera contra el tiempo», presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien agregó que los fabricantes de vacunas necesitan de «dos a tres semanas» para evaluar si las vacunas existentes siguen siendo eficaces ante la nueva variante.
Varios países impusieron restricciones de viaje al sur de África, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Indonesia, Arabia Saudita, Kuwait y Holanda.
Daño económico
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, pidió el domingo a los países que levanten las restricciones «antes de que se cause más daño a nuestras economías».
En la misma línea, el jefe de la OMS en África urgió a los países a priorizar por la ciencia en lugar de imponer restricciones de vuelo para contener la nueva variante.
«Con la variante ómicron detectada en varias regiones del mundo, aplicar restricciones de viaje para África es un ataque a la solidaridad global», declaró el director regional de la OMS, Matshidiso Moeti.
Días después de que los científicos de Sudáfrica anunciaran el descubrimiento de esta nueva variante, con más mutaciones que las anteriores detectadas del coronavirus, el hospital Bambino Gesu de Roma logró la primera «imagen» de ómicron y confirmó que efectivamente tiene más mutaciones que la delta, pero eso no significa que sea más peligrosa, según los investigadores.
Las autoridades holandesas dijeron que identificaron al menos 13 casos de ómicron entre 61 pasajeros que dieron positivo al coronavirus tras llegar de Sudáfrica el sábado.
La policía fronteriza holandesa anunció que detuvo a una pareja en un avión con destino a España, tras huir del hotel donde guardaban cuarentena. La pareja, formada por un español de 30 años y una portuguesa de 28, fue puesto de nuevo en cuarentena y podría se acusada de «ataque a la seguridad pública».
Pese a la nueva amenaza, decenas de miles protestaron en Austria contra la vacunación obligatoria en el país, el primero de la UE en aplicar esa medida.
El canciller Alexander Schallenberg calificó la protesta como «una interferencia menor» para el país con una de las tasas de vacunación más bajas de Europa Occidental.
En Reino Unido, el secretario de Salud, Sajid Javid, dijo que el martes entran en vigor nuevas reglas sanitarias, incluyendo el uso de mascarillas en comercios y transporte público, así como más restricciones a los pasajeros llegados del exterior.
Síntomas leves
Y mientras los científicos intentan determinar el nivel de amenaza de la nueva variante, una médica sudafricana señaló que decenas de sus pacientes sospechosos de portar la variante ómicron mostraron síntomas leves, como fatiga.
Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica Sudafricana, dijo a AFP que vio a 30 pacientes en los últimos 10 días que dieron positivo al covid-19 y se recuperaron sin hospitalización.
A su vez, el asesor de la Casa Blanca sobre la pandemia, Anthony Fauci, afirmó que continúa «creyendo que las vacunas existentes deben aportar un grado de protección contra casos severos de covid».
Ante lo que considera un riesgo creciente, Israel anunció algunas de las restricciones más severas, incluido el cierre de fronteras a todos los extranjeros, cuatro semanas después de reabrir para los turistas.
«Estamos levantando la bandera roja», dijo el primer ministro israelí, Naftali Bennett.
AFP