Alcor Life Extension Foundation es una organización estadounidense que le ha ‘prometido’ a un centenar de personas, nada más y nada menos, que mantenerlos con vida luego de la muerte.
Es decir, si su corazón deja de latir, en vez de llevarlo a una morgue, vestirlo con sus mejores ropas e introducirlo a un ataúd para el entierro o cremación, la clínica pone su cuerpo a bajas temperaturas.
El objetivo: “preservar la vida al detener la muerte”, se lee en la página oficial de la organización sin ánimo de lucro que tiene planes mensuales de 55 dólares (cerca de 220 mil pesos colombianos) para ingresar al proyecto.
¿Cómo funciona la criónica?
El proceso consiste en congelar los cuerpos de los seres humanos para que en el futuro -sin fecha específica- puedan retirarse de las cápsulas y someterse a procedimientos científicos con tal de recuperar su vida.
Es un ‘experimento’, según señala Alcor, pues no está garantizado que regresen al plano terrenal. Si la tecnología de las próximas décadas o siglos lo permite, tal vez los latidos del corazón se retomen.
La fundación sigue una serie de etapas para llevar a cabo la criónica.
La primera consiste en visitar a la persona en sus últimos días de vida o cuando está moribunda para verificar que puede ser parte del programa.
El sujeto debe morir por un paro cardiaco y las autoridades deben declararlo legalmente fallecido.
Tan pronto eso sucede, el personal de Alcor toma control del cuerpo: restablece artificialmente la circulación sanguínea para proteger el cerebro, lo transporta hasta Arizona, Estados Unidos, le introduce en la sangre una sustancia y lo enfría durante el quinto y sexto día de fallecido a -196 grados Celsius.
Por El Tiempo