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viernes, septiembre 20, 2024

Alquimista: Vino artesanal con sabor bolivarense será el alma de la buena mesa

***Un emprendimiento de José Castro, docente e investigador de UPT, ofrece una gama de sabores frutales transformados en vino

Entre 2016 y 2017 los altos costos de las bebidas etílicas las hicieron casi inaccesibles para muchos, fue aquella época de “liberen a la catira”. En medio de una conversación entre compañeros de trabajo que buscaban alternativas para paladear una buena bebida alcohólica, surgió una innovadora idea que llegó a ser un emprendiendo en actual proceso de consolidación. El Licenciado en Química José Luis Castro Soto es el alquimista que hace realidad aquel sueño cuando transforma el jugo de diferentes frutas, hortalizas y verduras en exquisitos vinos.

Castro Soto ha sabido aprovechar las bondades del plátano, de la remolacha y algunas frutas, para deleitar el paladar de los bolivarenses con sus vinos artesanales, que presenta al público bajo la marca Alquimista.

Este docente e investigador de la Universidad Politécnica Territorial del estado Bolívar (UPT), durante 7 años trabajó en el Instituto La Salle en la población de Tumeremo, y en el año 2015 se desempeñó como jefe de la División de Laboratorio de Hidrobolívar, lugar en donde nació la idea de elaborar una bebida artesanal.

“Debatíamos si podíamos elaborar nuestra propia cerveza porque en ese año los precios de las mismas eran muy altos y la prioridad era comprar comida, pero no queríamos dejar de socializar y disfrutar de merecidos ratos de esparcimiento. Así nació todo esto”, expresó en entrevista realizada en la sede del diario digital EL Luchador.

-Si la idea original era elaborar una cerveza, ¿Cómo fue que terminaste haciendo vinos?

-Porque desde el punto de vista artesanal podíamos hacer la cerveza, pero tuvimos muchos inconvenientes con la materia prima, entonces pensé que una alternativa podían ser lo vinos de frutas.

-¿Con cuál fruta realizó su primer experimento en vinos?

– Con la Flor de Jamaica

-¿Y cómo quedó?

-Fue un vino muy sabroso, una experiencia bien grata, obtuve un buen resultado. De ese primer ensayo salió un vino dulce, pero a medida que pasaba el tiempo, el vino perdía el nivel de alcohol. Entonces seguí mis investigaciones y conseguí el vino de remolacha.

-¡¿Vino de remolacha?!

– Si, una bebida artesanal de la antigua Unión Soviética llamada Kvass, es sencillamente una cerveza artesanal que surgió durante la Segunda Guerra Mundial como alternativa ante la escasez y uso de la remolacha para sobrevivir.

-¿Qué tal el resultado?

-Excelente. Buen color, buen aroma. ¿Y sabes?, eso me motivó a explorar otros sabores.

-¿Como cuáles?

-Plátano, que se asemeja a un vino blanco dulce; guanábano, que te da un vino con la apariencia de un vino blanco; piña, mango y vino de arándanos.

-¿Cómo se elabora un vino de plátano?

-No es nada complejo. Lo comencé básicamente en una cocina, sin dejarme llevar por la creencia popular de enterrar el vino para que fermente durante 6 meses. Yo uso un proceso completamente artesanal que comienza por el jugo de la fruta bajo ciertas condiciones de dulzura y acidez, que es lo que se conoce como el mosto, para hacer la fermentación, la cual se realiza con una levadura que acelera el proceso de 6 meses a un mes, y luego, todo culmina con la clarificación.

-¿Tiene un sitio especial para realizar esa fermentación?

-La condición es que, como toda levadura, necesita oscuridad. El líquido lo vierto en una botella de vidrio, que es la ideal para todo este proceso de elaboración, simplemente la cubro con una toalla para darle oscuridad.

-¿Cómo es la presentación de su vino?
-Tengo una marca que se llama Alquimista, inspirado en el alquimista antiguo, en aquella época en donde la magia pasaba a ciencia. Eso lo vinculé con la transformación del jugo a vino, y por supuesto, por mi profesión como químico.

-¿Este vino ya lo comercializa o solo lo tiene en exhibición?

-Es un nuevo emprendimiento, por ahora solo he hecho exhibiciones en eventos importantes de la ciudad para darlo a conocer. Estoy haciendo los contactos necesarios para llevarlo a la comercialización.

-El fin de semana pudimos verlo en la Expoturismo.

-Sí, allí tuve mi stand. Ofrecí una degustación y conocieron mis productos muchas personas que jamás habían escuchado de un vino bolivarense.

-¿Y cómo percibió el público al Alquimista?

-De muy buena manera. La variedad de los sabores dio mucho de qué hablar. Todos quedaron complacidos y con ganas de más.

-¿Hasta dónde le gustaría llegar con esa magia del Alquimista?

-Quiero posicionar una marca que sea la compañera ideal para cada ocasión especial, pero con la etiqueta de lo nuestro. En este momento estoy investigando muchísimo porque quiero innovar con otro nuevo sabor, como lo es el vino de miel, conocido en otros países como la hidromiel. De hecho en México y Argentina ya existen marcas con este tipo de vino. También, quiero sumar el vino de arroz, qué estoy seguro dará muy buenos resultados.

– ¿Y con cual equipo de trabajo cuenta para llevar adelante ese gran proyecto?

-Mi trabajo académico en la UPT aquí en Ciudad Bolívar, me ha permitido ofrecer a la institución una línea de investigación con la participación de excelentes alumnos en los laboratorios de química, para la producción de vinos y luego también de otras bebidas que tenemos en perspectiva, cuya comercialización ayudará al sostenimiento de esta Alma Mater y egresará excelentes profesionales con experiencia práctica como investigadores e innovadores de productos para el desarrollo de la industria química regional.

-¿Cómo pueden nuestros lectores contactarlo?

-En Instagram, a través de la cuenta @alquimista.vinos

Gledis Bonilla

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