Colgada de los escarpados acantilados y las rocosas playas que se extienden desde la región de Arica, en el norte de Chile, a sus vecinas de Tana y Moquegua, en Perú, la cultura Chinchorra parece una más de las muchas sociedades precolombinas que habitaron Suramérica hace 10.000 años.
Una comunidad ancestral de pescadores, asidos a la fría riqueza del Pacífico, que apenas lograrían una pequeña página en la prehistoria si no fuera por una tradición funeraria que las hace únicas: conocían y practicaban la momificación mucho antes de que esta se extendiera en el antiguo Egipto.
EFE