Cuba vive este martes su primera jornada sin el uso obligatorio de la mascarilla en 26 meses, luego del anuncio del Gobierno de levantar esa restricción ante el alto índice de población vacunada contra la covid-19.
Movidos por la costumbre, olvido o protección, todavía se veían personas en la calle usando esta prenda que los ha acompañado desde marzo de 2020, cuanto el país notificó el primer positivo por SARS-Cov-2.
La medida anunciada la víspera por el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal, fue recibida con agrado por algunos que esperaban por ello ante el agobiante calor cubano y con rechazo de otros que consideran que es pronto o sencillamente se han acostumbrado a llevar mascarillas.
El Gobierno, por su parte, ha llamado a la precaución. «Al fin sin mascarillas, pero no siempre ni en todas las situaciones. Les recomiendo ver adecuación de nuestros protocolos para esta etapa. Un pueblo informado es un pueblo protegido», escribió en Twitter el presidente del país, Miguel Díaz-Canel.
Por no llevar la mascarilla las personas podían recibir multas de entre 2.000 y 3.000 pesos cubanos (de 80 a 100 dólares, al cambio oficial de 24 CUP).
Las autoridades sanitarias insisten en que el uso de las mascarillas es una «decisión personal», por lo que recomiendan llevarla en espacios donde se reúna mucha gente o no sea posible mantener el distanciamiento físico.
Será obligatoria en las consultas médicas o en zonas con restricción de controles de foco, según el ministro de Salud.
Asimismo, se mantiene la decisión de no permitir la entrada a centros de trabajo y estudiantiles de personas con síntomas respiratorios.
Subrayaron además que se mantendrá la vigilancia de las infecciones respiratorias agudas y se recomienda a las personas vulnerables que continúen usando las mascarillas como medida de protección, no solo ante la covid-19.
La medida estará vigente según se comporte la situación epidemiológica del país y su efectividad se evaluará «periódicamente».
UR