Los investigadores del laboratorio del biólogo molecular David Sinclair, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (EE.UU.), han aprendido a rejuvenecer a ratones.
Utilizando proteínas especiales que pueden convertir una célula adulta en una célula madre, los investigadores han devuelto las células envejecidas de los roedores a sus versiones anteriores. Así es como los científicos han podido restaurar la visión perdida por los ratones viejos, pero afirman que otros sistemas corporales pueden ser ‘renovados’ de forma similar y que este método también es aplicable a los humanos.
«Es un reinicio permanente, por lo que podemos decir; y creemos que puede ser un proceso universal que podría aplicarse en todo el cuerpo para restablecer nuestra edad», señaló Sinclair, que ha pasado los últimos 20 años estudiando formas de revertir los estragos del tiempo, durante Life Itself, un evento sobre salud y bienestar presentado en colaboración con la CNN. «Hoy disponemos de la tecnología necesaria para poder llegar a los cien años sin preocuparnos de padecer cáncer a los 70, enfermedades cardíacas a los 80 y alzhéimer a los 90», agregó.
¿Cómo se desarrolló la nueva tecnología de rejuvenecimiento?
Ya en 2007, el investigador japonés Shinya Yamanaka consiguió reprogramar células adultas de la piel para que se comportaran como células madre embrionarias o pluripotentes capaces de convertirse en cualquier célula del cuerpo. El descubrimiento le valió al científico un premio Nobel, y sus «células madre pluripotentes inducidas» pronto se conocieron como ‘factores de Yamanaka’.
Pero su método de rejuvenecimiento tiene un inconveniente: las células adultas reconvertidas completamente en células madre pierden su identidad. Olvidan que son células de la sangre, del corazón y de la piel, lo que las hace idóneas para la regeneración, pero no para el rejuvenecimiento en el sentido literal de la palabra.
En 2016, los expertos del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla (California) lograron resolver este problema, pero se enfrentaron a uno nuevo: en determinadas situaciones, los ratones de laboratorio con las células alteradas desarrollaron tumores cancerosos.
En busca de una alternativa más segura, un genetista del laboratorio de Sinclair, Yuancheng Lu, desarrolló una técnica de rejuvenecimiento asistida por virus. Tras inyectar el virus en los ojos de los ratones, los genes pluripotentes se activaron alimentando a los roedores con un antibiótico. Las neuronas dañadas en los ojos de los ratones inyectados rejuvenecieron, e incluso desarrollaron nuevos axones. Los científicos consiguieron entonces revertir el envejecimiento de los músculos y el cerebro de los ratones, y ahora están trabajando en el rejuvenecimiento de todo el cuerpo del ratón.
«De alguna manera, las células saben que el cuerpo puede reiniciarse y aún saben qué genes deberían estar activos cuando eran jóvenes», dijo Sinclair. «Creemos que estamos aprovechando un antiguo sistema de regeneración que usan algunos animales: cuando cortas la extremidad de una salamandra, la extremidad vuelve a crecer. La cola de un pez volverá a crecer; un dedo de un ratón volverá a crecer», añadió.
Ese descubrimiento indica que hay una ‘copia de seguridad’ de la información sobre la juventud almacenada en el cuerpo, explicó.
Sin embargo, el investigador apuntó que los estudios sobre si la intervención genética que revitalizó a los ratones hará lo mismo con las personas se encuentran en las primeras etapas. Subrayó que pasarán años antes de que se terminen los ensayos en humanos, se analicen y, si son seguros y satisfactorios, se amplíen hasta la masa necesaria para obtener el sello de aprobación federal en EE.UU.
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