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sábado, noviembre 23, 2024

Por qué nuestros cerebros reconocen la música de forma instantánea

Enciendes la radio y está sonando ‘Gold’, de Spandau Ballet, ese gran éxito de los 80, y no puedes evitar entonar el comienzo. Cambias de emisora y empieza algo bien diferente, ‘Toxic’, de Britney Spears, y te unes a la música. Como no te convence del todo, pruebas en una tercera cadena y te quedas con algo más reciente, una nueva canción de Aitana, por ejemplo.

Si vas con un copiloto, quizá te pregunte cómo puede ser que recuerdes la letra de tantas canciones si no eres capaz de recordar dónde pusiste las llaves cuando las tienes en la mano. No solo eso, con solo el breve comienzo de la melodía reconoces la canción a la perfección, ¿por qué sucede eso?

Vayamos por partes, según informa ‘Psychology Today’, varios estudios han encontrado una correlación sustancial entre sí un participante reconoce una canción y el grado en que le gusta (por ejemplo, Jakubowski et al., 2020). Es decir, se esperaría que a los fanáticos de la música pop les fuera mucho mejor en Heardle (un Wordle musical en el que tienes que reconocer una canción escuchando los 16 segundos del comienzo) que a los expertos de jazz.

Carol Krumhansl realizó un estudio fundamental con 28 canciones populares lanzadas entre 1960 y 2010, como «Baby One More Time» de Britney Spears y «Respect» de Aretha Franklin. Cuando se presentaron clips de estas canciones de únicamente 0.4 segundos de duración, los oyentes en el estudio pudieron identificar correctamente el título y el artista de la canción, el 25% de las veces. Es decir, con mayor dificultad aún que el Hardle, también somos capaces de reconocer la música.

Además, en el estudio de Krumhansl, incluso cuando los oyentes no podían identificar el título exacto de la canción, eran muy buenos para identificar la década de lanzamiento a partir de estos clips muy cortos. Otro estudio reciente sobre este fenómeno (Faubion-Trejo y Mantell, 2022) ha demostrado que, para identificar canciones a partir de clips tan cortos, los oyentes (incluso aquellos con una formación musical mínima) confían en su memoria para el nivel de tono y el timbre (instrumentación) específicos de la música.

Por lo tanto, los oyentes de música cotidianos tienen una excelente memoria a largo plazo para canciones familiares, incluso cuando se presentan clips de canciones tan cortos que apenas proporcionan información sobre otras características clave de la canción, como su tempo, melodía o letra. Pero en general, las investigaciones muestran que las personas reconocen con mayor precisión las canciones pop lanzadas durante su adolescencia que las canciones de períodos de tiempo anteriores o posteriores.

El golpe de reminiscencia

Este fenómeno se conoce como «golpe de reminiscencia» y se extiende más allá de la música: en general, somos mejores para recordar eventos y elementos culturales de cuando teníamos entre 10 y 30 años (Rubin et al., 1998). Los estudios han llegado a la conclusión de que incluso existe un pico para ese golpe de reminiscencia relacionado con la música alrededor de los 14 años de edad. Es decir, identificamos mejor las canciones que salieron cuando teníamos esa edad.

Y, otra cuestión, ¿por qué tanta gente disfruta identificando canciones, como sucede con Heardle? La neurociencia ya ha hecho sus pesquisas: una función principal del cerebro es desarrollar predicciones precisas sobre los próximos eventos e información. En el caso de escuchar música, se ha demostrado que el acto de anticipar correctamente lo que viene a continuación en una pieza musical puede activar el sistema de recompensa del cerebro (Salimpoor et al., 2011). El sistema de recompensa es un grupo de estructuras cerebrales subyacentes a la sensación de placer; este mismo sistema cerebral se activa a través de una variedad de actividades placenteras, desde comer una comida deliciosa hasta tener relaciones sexuales.

Además, escuchar incluso un breve extracto de música dentro de Heardle puede activar recuerdos autobiográficos asociados con esa música (Jakubowski y Ghosh, 2021). Un fragmento de una canción en particular puede transportar sin esfuerzo al oyente a cuando la escuchó por primera vez cuando era adolescente en un baile, una piscina o con un amigo que ya no lo es. Por lo tanto, el poder de la música a menudo radica no solo en el sonido en sí, sino en las emociones y los recuerdos que puede evocar.

Www.elconfidencial.com

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