El dolor, en general, representa el principal motivo por el cual las personas buscan atención médica especializada. Por su parte, el dolor en los ojos es un síntoma muy frecuente que no suele representar un gran problema de salud, pero ¿Cuándo se debe acudir a un médico?
El dolor en los ojos puede acompañarse de diversos síntomas como un lagrimeo constante y cambios en la tonalidad de la esclera. Cuando la afección se encuentra acompañada de alteraciones en la visión, puede ser producto de una patología grave por lo que se deberá buscar asistencia médica.
Esta molestia ocular puede ser atribuida a una gran cantidad de patologías diferentes. En muchas ocasiones, el origen del dolor es evidente; sin embargo, existen casos donde la causa precisa es difícil de encontrar. De esta manera, entre las principales condiciones que pueden causar dolor en los ojos se encuentran las siguientes:
Presencia de cuerpo extraño
Esta es la causa más frecuente de dolor ocular y es un acontecimiento que puede ocurrir en cualquier momento del día. Cuando una partícula extraña entra en contacto con la superficie del ojo puede irritar el tejido, lo que produce una sensación de ardor.
Cualquier objeto es capaz de generar esta sensación, bien sea una pestaña, un poco maquillaje o de suciedad. Para aliviar la sintomatología, tan solo es necesario retirar al agente irritante.
Inflamación o infección de una estructura del ojo
Cualquiera de las estructuras que conforman al ojo puede sufrir un proceso infeccioso o inflamatorio, lo que provocará un aumento del tamaño e irritación del tejido y, por consiguiente, la aparición del dolor.
Diferentes estudios han demostrado que la infección ocular con mayor prevalencia es la conjuntivitis, siendo la causa número 1 de morbilidad ocular. No obstante, otros procesos como la blefaritis (inflamación del párpado), la iritis (inflamación del iris) y la neuritis óptica (inflamación del nervio óptico) pueden desencadenar la sintomatología.
Lesión e irritación ocular
El tejido ocular es muy frágil y, por ende, es susceptible a sufrir diversos tipos de lesiones. Las injurias más comunes son las de carácter irritativo, como aquellas producidas por químicos. Estas pueden causar síntomas parecidos a los de una quemadura.
Por otro lado, la conjuntiva y la esclera pueden irritarse y causar dolor en los ojos; las causas más frecuentes de esta irritación pueden ser una falla en la producción de lágrimas o el uso constante de lentes de contacto.
Dolor en los ojos: glaucoma
El glaucoma es una curiosa afección que genera el aumento de la presión intraocular y por consiguiente dolor y problemas en la visión. Esta patología se debe a una obstrucción en el sistema de reabsorción del humor acuoso, el líquido que se encuentra dentro del globo ocular.
Esta condición debe ser considerada como una emergencia médica, ya que puede causar la pérdida de la visión en el ojo afectado. De hecho, se estima que para el 2020 existen 5,9 millones de ciegos bilaterales a causa de glaucoma.
Otras afecciones
Otras enfermedades como la migraña o la sinusitis pueden generar dolor en los ojos. Esto se debe a que el dolor ubicado en las regiones más cercanas puede irradiarse a la órbita ocular. Los problemas visuales también pueden ser la causa del problema debido a la fatiga generada.
Además, algunas enfermedades crónicas como la fibromialgia pueden causar dolor en los ojos, algunos estudios han revelado que el 67 % de los pacientes con esta afección lo han padecido en algún momento.
¿Cómo prevenir el dolor en los ojos?
Hoy en día, no existe un método 100 % infalible que evite la aparición del dolor en los ojos; sin embargo, existen medidas que pueden ser aplicadas para minimizar la probabilidad de que aparezca. De esta manera, entre las medidas preventivas que se pueden aplicar destacan las siguientes:
- Reducir al máximo la incidencia directa de luz y resplandor en los ojos.
- Programar descansos periódicos para evitar la fatiga visual.
- Pestañear de forma constante para lubricar la superficie ocular.
- Mantener las pantallas de los dispositivos limpias y con el brillo adecuado.
- Utilizar gafas en lugar de lentes de contacto.
Por otro lado, es recomendable acudir al oftalmólogo al menos una vez al año, con la finalidad de realizar una inspección de todas las estructuras que componen al ojo y constatar su estado de salud. En en el caso de tratarse de un niño, lo ideal es acudir a la consulta al menos cada 6 meses.
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