La alergia cutánea tiene múltiples orígenes y su aparición es impredecible. Sin embargo, incluir en la rutina de skin care productos que sean certificados científica y comercialmente, así como llevar un tratamiento médico adecuado a la hora de sufrir este trastorno, disminuyen riesgos y en especial daños que pueden ser irreversibles o dejar secuelas graves en la piel.
En el mundo las alergias son el cuarto padecimiento crónico y por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, en 2050 la mitad de la población padecerá de estos trastornos, la mayoría con impacto en la piel a través de enrojecimientos, picor y ardor entre otros síntomas.
Una reacción alérgica puede ser ocasionada por diversos factores, entre ellos: ambientales, alimenticios, la ingesta de algún medicamento o por la aplicación de algún producto en la piel, y aunque las causas pueden sonar genéricas o comunes su tratamiento no lo es.
Ante una alergia cutánea, acudir al dermatólogo es el primer paso, pues es quien está facultado para tratar la afección y medicar correctamente, indica Loyo. “Es importante alertar al paciente de no usar productos de imitación. Los certificados tienen código de barra y un aval comercial, lo que significa que está garantizado su uso y que esa empresa es responsable del efecto secundario o daño que pueda ocasionar. Además, estas cremas no deben contener agentes sensibilizantes ni conservantes, como ocurre con la marca Cetaphil, por citar un ejemplo, que está libre de esos componentes”.
Día para crear conciencia
La alergia es un mecanismo de respuesta exagerada, que crea el cuerpo para defenderse de estímulos externos que son interpretados como dañinos y que, habitualmente, en condiciones normales, son inocuos para el grueso de la población. Esta respuesta de defensa dramática del individuo podría convertirse en una afección más grave, que pone en peligro su vida, si no se trata a tiempo».