La Agencia Internacional de la Energía (AIE) reportó sus previsiones para este año y el próximo que considera que la demanda global del petróleo se disminuirá.
En comparación a la OPEP, estas previsiones son aún más negativas, cuando no se descarta el riesgo de recesión, y revisó ligeramente a la baja sus previsiones.
En su informe mensual sobre el mercado del petróleo, la AIE calcula que en 2022 se consumirán de media 99,2 millones de barriles diarios, lo que supone un incremento del 1,8 % respecto a 2021 y una décima menos de lo que había anticipado en junio.
Según los últimos datos el consumo está siendo inferior de lo esperado en las tres grandes regiones, Europa, Norteamérica y Asia-Pacífico.
Según su análisis, los elevados precios están teniendo un impacto y explican las caídas constatadas en abril en los principales países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Eso pese a que en mayo hubo un repunte en otros países emergentes, y en particular en China tras los cierres en los meses precedentes por el Covid-19. Pero que no basta para revertir la tendencia general.
De cara a 2023, con el espectro de una posible recesión que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no descarta ahora, las expectativas también son inferiores a las anticipadas en mayo por la propia AIE, con un incremento de la demanda de crudo que se limitará al 2,2 % hasta 101,3 millones de barriles diarios.
Unas proyecciones claramente menores que las de la OPEP, que en su informe mensual publicado este martes pronosticaba un alza del 3,47 % en 2022 hasta 100,29 millones de barriles diarios y del 2,7 % en 2023 hasta 103 millones.
El Universal