Las autoridades francesas decidieron este lunes la evacuación preventiva de unas 11.500 personas más por los dos incendios que se declararon al sur de Burdeos el martes de la semana pasada y que ya han quemado cerca de 15.000 hectáreas.
La Prefectura (delegación del Gobierno) anunció esta tarde en su cuenta de Twitter el desalojo preventivo las localidades de Villandraut, Noaillan y Léogeats, próximas a Landiras, el municipio donde se inició un fuego que «progresa», y que ya ha calcinado 10.500 hectáreas, 500 más de las que se habían contabilizado por la mañana, citó Efe.
En esos tres pueblos viven unas 8.000 personas y se sumarán a las alrededor de 3.500 que tuvieron que evacuar por la mañana en los barrios de Miquelots y Pilat, en La Teste de Buch, donde se encuentra el otro gran incendio del departamento de Gironde, donde han ardido 4.300 hectáreas.
Hasta este lunes ya habían tenido que ser desalojadas 16.000 personas de sus domicilios y de cámpings. No ha habido ninguna víctima mortal aunque sí que han sido pasto de las llamas algunas viviendas, restaurantes y otros edificios.
En las labores de extinción de ambos frentes están movilizados 1.700 bomberos, apoyados desde el cielo por seis hidroaviones de tipo Canadair y tres aviones bombarderos de agua de tipo Dash.
Todo esto se produce en medio de una ola de calor que lleva más de una semana afectando al sur de Francia y que este lunes alcanza su pico con una quincena de departamentos de la fachada atlántica en alerta roja por la canícula.
Los servicios meteorológicos han anticipado temperaturas que pueden alcanzar o superar en esa región el umbral de los 40 grados, en particular en ciudades como Burdeos o Mont de Marsan.
De hecho, a primera hora de la tarde ya se había registrado algún récord histórico de temperatura, como en el puerto de Brest, en Bretaña, con 35,8 grados, por encima del anterior máximo que se había dado en 1949 con 35,2 grados.
El Universal