Al menos 830 personas, incluidos 313 niños, murieron en Pakistán durante los últimos dos meses debido a la inundaciones por las lluvias monzónicas, que dejaron además tres millones de afectados de los cuales más de 160.000 se encuentran en campamentos de acogida, informó este martes el Gobierno paquistaní.
Además al menos 1.348 personas resultaron heridas desde el pasado 14 de junio por estas inundaciones, consideradas por las autoridades nacionales como las peores que han azotado el país en décadas.
Solo en las últimas 24 horas fallecieron al menos 10 personas, incluidos nueve niños, mientras que otras 33 resultaron heridas, según el último parte de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de Pakistán (NDMA).
La provincia meridional de Sindh es la más afectada con 239 muertes registradas, seguida de Baluchistán, en el suroeste del país, con 225 muertes hasta el momento.
El balance de la NDMA estimó también graves daños materiales con más de 120.000 viviendas en todo el territorio completamente destruidas, y más de 280.000 con daños parciales.
Las crecidas y los deslizamientos de tierra arrasaron no solo con viviendas y campos agrícolas, sino que causaron también la muerte de cientos de miles de animales de cría y graves daños a un centenar de puentes, y miles de kilómetros de carreteras.
Varios vídeos que circulan en las redes sociales muestran los devastadores efectos de las lluvias, con habitantes dejando sus casas a medida que sube el nivel de agua para buscar refugio, o a bordo de botes improvisados para llegar a lugares más seguros.
La historia del cantante Wahab Bugti acaparó la atención de los medios paquistaníes después de que circulara una foto del artista con su hijo en brazos, frente a su casa destruida por las lluvias en su natal Baluchistán.
La historia de la coestrella del éxito «Kana Yaari», que alcanzó la fama a principios de año, ha puesto rostro a la devastación de las inundaciones.
Pakistán se encuentra entre los 10 países más afectados por el cambio climático en el mundo. Esta nación del sur de Asia también fue testigo de una intensa ola de calor a principios de este año que causó numerosos muertos y pérdidas en propiedades de miles de personas.
Durante la época del monzón en el sur de Asia -de junio a septiembre-, los corrimientos de tierra y las inundaciones son habituales y, además de víctimas, se producen importantes daños materiales.