El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó el martes ataques aéreos en el este de Siria contra instalaciones utilizadas por milicias proiraníes, informó un portavoz miliar.
Los ataques en la petrolífera provincia oriental de Deir Ezzor «apuntaron a infraestructura usada por grupos afiliados al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán», indicó el portavoz del Comando Central, Joe Buccino, en un comunicado.
Buccino señaló que los «ataques de precisión están dirigidos a defender y proteger a las fuerzas estadounidenses de ataques como los del 15 de agosto contra personal estadounidense por grupos proiraníes», aludiendo a un ataque con drones contra una base de las fuerzas antiyihadistas encabezadas por Estados Unidos que no dejó bajas.
Los ataques del martes alcanzaron a nueve búnkeres en un complejo utilizado para el almacenamiento de municiones y logística, dijo el coronel por separado a CNN.
Los militares estadounidenses querían alcanzar a 11 de los 13 búnkeres del complejo pero cancelaron el bombardeo contra dos de ellos cuando detectaron que había gente en su interior, agregó.
Dijo que según una evaluación inicial, no hubo muertos.
Las fuerzas estadounidenses «tomaron acción proporcionada y deliberada para limitar el riesgo de una escalada y minimizar el riesgo de bajas», indicó el coronel en el comunicado.
«Estados Unidos no busca conflicto, pero seguirá tomando las medidas necesarias para proteger y defender a nuestro pueblo», agregó.
Pero Irán negó este miércoles cualquier vínculo con los grupos armados atacados por Estados Unidos la víspera en el este de Siria.
«La nueva agresión del ejército estadounidense contra el pueblo sirio es un acto terrorista contra los grupos y combatientes que luchan contra la ocupación y que no tienen ninguna afiliación con Irán», afirmó en un comunicado el portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Naser Kanani.
Invitados por Damasco
Cientos de soldados estadounidenses fueron enviados al noreste de Siria como parte de una coalición que combate a los remanentes del grupo Estado Islámico.
Los medios estatales iraníes dijeron que un general de la Guardia Revolucionaria «que estaba en una misión en Siria como asesor militar» había sido asesinado el domingo.
Los informes no detallaron cómo fue asesinado el general, solo lo describieron como un «defensor del santuario», un término utilizado para quienes trabajan en nombre de Irán en Siria o Irak.
Teherán afirma que el despliegue de sus fuerzas en Siria responde a una invitación de Damasco, solo como asesores.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica es el brazo ideológico del ejército iraní e integra la lista negra de grupos «terroristas» elaborada por Estados Unidos.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) con sede en Reino Unido dijo el miércoles que los ataques mataron a seis combatientes que custodiaban las instalaciones atacadas.
El OSDH, que se basa en una amplia red de fuentes en Siria, indicó que no podía determinar de inmediato las nacionalidades de los muertos.
Indicó asimismo que combatientes chiítas afganos respaldados por Irán se encuentran entre los grupos que operan en la región.
Depósitos de armas y un campo de entrenamiento para milicianos respaldados por Irán se encuentran entre los objetivos alcanzados, según la organización de monitoreo.
El Universal