Al caer la tarde, Fernando pasa su tiempo curioseando en los estantes de una pequeña tienda de música en Caracas, que pretende incluir a Venezuela en la larga lista de países que han hecho de los viejos discos de vinilo una tendencia con más seguidores cada día, pero poco extendida, todavía, en el país caribeño.
Fernando Domínguez, quien se confiesa amante del rock y de la música anglosajona, ha descubierto una nueva forma de escuchar a sus favoritos a través de los LP.
«En realidad, mi colección no es de vinilo, pero me está llamando la atención esta onda retro (…) en este país como que lo tenemos un poco reprimido, no había mucha variedad, no había dónde escoger y ya ahora es distinto. Creo que si no soy coleccionista, me voy a convertir en uno», dijo a Efe mientras sostenía un disco de la banda canadiense Rush.
EL MARCHANTE SE INCREMENTA
Por su parte, su amigo José Lombardo, mantiene una colección de unos 1.500 LP en su casa y con la apertura de El Marchante, como se llama este espacio para melómanos, probablemente se incremente.
«No he dejado de coleccionar vinilos, o sea, siempre he estado comprando vinilos a pesar de que hubo un tiempo en que los descontinuaron (descatalogaron)», afirmó a Efe.
El Marchante, que abrió como una tienda física hace poco más de un mes, cuenta con unos 30.000 discos, entre los que se encuentran cantantes actuales como Taylor Swift o Billie Eilish, pero la mayoría de los títulos son de cantantes que estuvieron de moda en el siglo pasado.
EL VINILO ESTÁ DE MODA
En Catia, un popular sector de Caracas, Efe habló con otro comerciante un poco más atípico. Óscar Viñas vende vinilos desde 2015, como una forma de colaborar con los «amigos amantes de la música» que no podían conseguir LP en buen estado.
«Actualmente, esto es como un boom y se ha puesto de moda, han aparecido muchos vendedores nuevos (…) lo que les puedo adelantar es que se vienen dos tiendas físicas (más)», sostuvo.
“DEALER” CON MAS DE 8 MIL DISCOS
Viñas, quien se autodenomina como el «dealer» de este formato, tiene en su haber unos 8.000 discos que ha sumado con la importación desde Europa y la compra a particulares. Su colección incluye un discurso de fin de año del expresidente venezolano Rafael Caldera de 1971.
Los precios de los discos van desde menos de 10 dólares hasta los 150, como el «Senderos de Traición» de Héroes del Silencio de 1990.
«Nosotros vendemos todo tipo de música, vendemos salsa, vendemos jazz, vendemos rock de los 80, vendemos música folclórica venezolana», indicó.
Uno de los géneros que más se vende, prosiguió, es la música tradicional del país, como el joropo y los tambores, con cantantes reconocidos como Simón Díaz y Aldemaro Romero.
«Si hablamos de salsa, grupos venezolanos de los (años) 60, Federico y su Combo Latino, Sexteto Juventud, Tabaco y sus Metales, Los Calvos (…) eso es lo que la gente busca», dijo.
El rock es el rey en ventas, con los clásicos Led Zeppelin, The Doors, Black Sabbath, Nirvana, AC DC y Soda Stereo, entre otros.
ES UN MERCADO PEQUEÑO
A pesar de la tendencia en Venezuela, el productor y promotor musical Félix Allueva afirma que el mercado del vinilo en el país es «muy pequeño», concentrado principalmente en personas entre los 50 y los 60 años que se conectan con la nostalgia del sonido de este formato.
«Hay otro nicho que son los nuevos consumidores, ese público puede estar entre los 19 y los veintitantos años, que comienzan a entrar en la cultura del vinilo, comienzan a comprar sus equipos, a entender el sonido, las características del sonido, de una grabación con las características analógicas y empiezan a hacer su colección, pero no es un gran nicho», agregó.
PIEZA ARTÍSTICA
El último grupo —asegura— está entre los 12 y los 18 años, un sector que ve el vinilo como una «pieza artística, algo para recordar, para ponerlo en la pared, pero no específicamente por el sonido».
El productor no ve factible en el corto o mediano plazo un renacimiento de la industria musical a gran escala, y cree que se debe seguir con la línea de los grupos independientes que se presentan en ferias y van entregando sus productos.
«Creo que hay que estimular la presencia de ese tipo de tiendas. Pero, insisto, a lo mejor no es el momento. De repente, hay que crecer un poco más y a lo mejor esas tiendas no pueden ser solamente tiendas de discos, van a tener que ser una combinación de local, de grupos que puedan tocar, de presencia de material grabado, llámese vinilo, CD, casete u otro formato», apostilló.
EFE noticias