Se trata de la ciudad de Chengdu, con cerca de 20 millones de habitantes y situada en el suroeste del país. Estará bajo confinamiento desde este jueves con el objetivo de frenar un nuevo brote de Covid-19, dijeron fuentes oficiales.
Las autoridades de Chengdu difundieron un documento oficial en el que instan a los residentes a «quedarse en casa» a partir de las 6:00 de la tarde (hora local) de este jueves para luchar contra una nueva ola de contagios.
Cada hogar podrá mandar una persona al día a comprar comida y bienes esenciales, pero deberán haber realizado una prueba negativa en las últimas 24 horas, según el documento.
Entre el jueves y el domingo, todos los residentes realizarán pruebas y las autoridades pidieron que no salgan de la ciudad salvo si fuese «absolutamente necesario».
«El estado actual del control de la epidemia es anormal, complejo y sombrío», expone el documento. Las medidas, según el escrito, pretenden «detener con decisión la propagación del brote y garantizar la salud de todos los ciudadanos».
Chengdu registró este jueves 157 nuevos contagios locales, de los cuales 51 no presentaban síntomas, dijo el gobierno de la ciudad en otro comunicado.
El protocolo de «cero Covid» impulsado por el Gobierno chino implicó desde el principio un aumento de las políticas represivas y liberticidas contra la población en general. El confinamiento de Shanghai en abril, junto a otras grandes ciudades ya había generado un aumento del malestar social. El mes anterior se había dado una situación similar en la megalopolis de Shenzhen, uno de los centros industriales más importantes del país. Allí los trabajadores industriales fueron encerrados en su lugar de trabajo, viviendo y durmiendo en las fábricas para que la producción no se detenga.
Pero Shanghai fue el pico máximo del malestar con millones confinados en sus edificios y departamentos, repartidores de alimentos durmiendo en la calle y trabajando todo el día y el personal médico muriendo por exceso de trabajo.
Con información de www.globovision.com