La moringa es usada en la medicina para reducir los síntomas de varias enfermedades, tales como la diabetes o la hiperglucemia. Asimismo, al tener efectos protectores sobre el corazón, ayuda a prevenir enfermedades cardiacas. Tiene propiedades antioxidantes, las mismas que eliminan los radicales libres que dañan las células. Al ser antirreumático, antidiabético, entre otros, sus efectos pueden ser favorables siempre y cuando se esté bajo la supervisión de un médico.
Muchas son las enfermedades que se pueden evitar con el consumo de una infusión de moringa, tales como:
Presión arterial alta: esta afección se debe a “la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias”, que puede causar daños en el corazón, provocando más adelante complicaciones.
Diabetes: esta enfermedad se debe a la no producción de insulina del cuerpo y/o a la resistencia de las células a ella. Existen tres tipos de diabetes: la I, la II y la gestacional.
La moringa es útil para prevenir esta enfermedad porque ayuda a reducir la glucosa del torrente sanguíneo.
Fortalecer el sistema inmunológico: para estimular el sistema inmune, la moringa es propia para tal fin, porque al ser rica en vitamina C, polifenoles y betacarotenos contrarresta los agentes que acechan el organismo.
Prevenir el cáncer: esta enfermedad —que en algunos casos es terminal— se debe a la proliferación de células cancerosas que se originan en un órgano.
¿Cómo usar vitamina C?
La vitamina C es un antioxidante que puede combatir varias enfermedades y estimular la producción de colágeno, la proteína que le da firmeza a la piel. Asimismo, se puede encontrar en frutas como la naranja, el limón, las fresas y otros alimentos que ayudan al organismo para su buen funcionamiento.
¿Cómo preparar un té de moringa?
Se aconseja consultar con un médico antes de su consumo regular:
Hervir una taza de agua
Cuando esté en ebullición, agregar una cucharada de hojas de moringa
Bajar del fuego, tapar.
Dejar reposar, para luego consumir.
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