Dos autobuses llenos de migrantes procedentes de la frontera entre Estados Unidos y México fueron descargados el jueves por la mañana cerca de la casa de la vicepresidenta Kamala Harris, en un barrio residencial de Washington, como parte de la encarnizada batalla política en torno a las políticas de inmigración del gobierno del presidente Joe Biden.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha estado trasladando migrantes fuera de Texas hacia ciudades con alcaldes demócratas este año, como parte de una estrategia política. Afirma que están llegando demasiados migrantes a través de la frontera de su estado. El gobernador de Arizona, Doug Ducey, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, también adoptaron esta política, ideada primero por el expresidente Donald Trump.
Abbott tuiteó que había enviado los autobuses que llegaron el jueves a la capital estadounidense: “Estamos enviando inmigrantes a su patio trasero para pedirle al gobierno de Biden que haga su trabajo y refuerce la frontera”.
Alrededor de una veintena de hombres y mujeres se pararon al amanecer frente a la sede del Observatorio Naval de Estados Unidos, algunas con bolsas de plástico transparente en las que llevaban las pertenencias que trajeron al cruzar la frontera. Posteriormente, fueron trasladados a una iglesia cercana. La oficina de Harris no hizo comentarios por el momento.
Después de que los migrantes que buscan asilo logran cruzar la frontera entre Estados Unidos y México, pasan un tiempo en una instalación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) cerca de los límites internacionales hasta que generalmente son puestos en libertad en suelo norteamericano, a la espera de que se resuelvan sus casos.
Los republicanos alegan que las políticas de Biden alientan a los migrantes a internarse en Estados Unidos y desaparecer de la vista de las autoridades. Los demócratas argumentan que la política de la era de Trump, de obligar a los migrantes a esperar en México a que se resuelvan sus casos de asilo, fue inhumana.
DeSantis envió el miércoles dos aviones con migrantes a la isla atlántica de Martha’s Vineyard. La semana pasada, Abbott envió a unos 75 inmigrantes a Chicago.
La alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, declaró una emergencia pública la semana pasada por la continua llegada de autobuses de migrantes. Anteriormente, el distrito solicitó la asistencia de la Guardia Nacional para ayudar a detener lo que calificó de una “creciente crisis humanitaria” provocada por la llegada de millas de migrantes, pero el Pentágono rechazó la solicitud.